Esto afecta negativamente tanto a la preparación de los estudiantes como a su empleabilidad, así como a la posición de las instituciones en los rankings globales.
Según los datos de QS World University Rankings, Oxford, Cambridge y más de 50 universidades han descendido en la clasificación por preocupaciones sobre la pérdida de capacidad de innovación, la disminución de inversiones y las restricciones a la libertad académica en el sistema de educación superior británico.
Los empleadores exigen cada vez más habilidades en IA a los graduados, pero la mayoría de los programas universitarios no ofrecen suficiente formación práctica. La infraestructura tecnológica obsoleta sigue siendo un problema: se recomienda a las universidades modernizar sus sistemas y formar al profesorado en el uso de IA.