Ambas cosas están estrechamente relacionadas: según las estadísticas, alrededor del 71 % de los egresados eligen dónde estudiar basándose principalmente en sus intereses, y tanto psicólogos como especialistas en orientación profesional insisten en que esto es lo correcto. Aunque en el mundo moderno eso no garantiza que trabajarás exactamente en tu campo de estudio ni que tus intereses o prioridades no cambien con el tiempo, tener intereses propios y bien definidos es extremadamente importante para cualquier persona. Sirven como base para la toma de decisiones, motivan a aprender y superarse, ayudan a hacer nuevas amistades y forman el carácter...
Pero, ¿qué hacer si no tienes ningún interés? ¿Por qué les ocurre esto a los adolescentes y cómo afrontarlo? ¡Sin pánico, vamos a analizarlo!
"¿Por qué nada me interesa?"

Lo más importante que debes saber es que ¡estás perfectamente bien! En el mundo hay millones de personas de diferentes edades y profesiones que enfrentan el mismo problema, sienten apatía y no encuentran interés en ningún pasatiempo. Las causas pueden ser muchas, pero el estado en sí no tiene por qué ser patológico, es decir, no necesariamente es algo "malo" o "enfermo".
Por ejemplo, la falta de interés puede deberse simplemente a un agotamiento emocional temporal como resultado de una fuerte fatiga o desgaste mental. Si has estado bajo estrés durante mucho tiempo (por ejemplo, preparándote todo el año para unos exámenes difíciles), no es de extrañar que ahora solo quieras acostarte a mirar el techo. En caso de sobrecarga, el sistema nervioso necesita recuperarse, y esto solo es posible a través de actividades familiares que no requieran un gran gasto de energía. Por eso sentimos la necesidad de "desconectar" después del colegio o del trabajo, y no tenemos fuerzas ni ganas de aprender un nuevo pasatiempo o desarrollar nuevas habilidades, ya que eso supone una carga cognitiva adicional, y nuestro sistema nervioso ya está agotado.
Por lo tanto, si tu estado actual fue precedido por un periodo de estrés, lo único que necesitas realmente es... no hacer nada. Date al menos unas semanas -mejor si es un mes- y, lo más importante, no te fuerces ni te culpes. Nuestro cerebro no distingue entre hacer algo y simplemente pensar en ello: se cansa igual. Así que, al descansar y recuperar tus recursos, céntrate únicamente en eso y evita pensar en tus obligaciones.
Pero, ¿qué hacer si perdiste el interés en tus pasatiempos de forma repentina, no hubo un estrés fuerte antes y este estado ya dura más de un mes? En ese caso, podrías estar pasando por una crisis existencial. Se suele creer que la primera crisis existencial llega alrededor de los 30 años, pero esto es un error. La mayoría de las personas atraviesa su primera crisis existencial en la adolescencia, entre los 13 y los 18 años. En parte, esta "rejuveneció" por la competencia educativa y las redes sociales, que imponen historias del tipo "Gané mi primer millón a los 15 años". Además de apatía, la crisis existencial se manifiesta con síntomas como dolores de cabeza, insomnio (o por el contrario, un deseo constante de dormir), sensación de desesperanza, preguntas como "¿Para qué vivo?", conflictos con seres queridos y una ansiedad constante acompañada de baja autoestima y falta de claridad en los objetivos y planes. A menudo, una crisis existencial puede parecerse a una depresión o incluso evolucionar hacia un episodio depresivo completo. Pero a diferencia de la depresión "pura", las crisis existenciales se consideran normales. Son puntos de crecimiento que todo ser humano atraviesa tarde o temprano y sin los cuales no hay desarrollo personal. En este caso, puedes acudir a un especialista -psicólogo o psicoterapeuta- para superar la crisis más rápidamente, o simplemente dejar que pase y seguir los consejos de este artículo, que también pueden ayudarte.
La situación es diferente si nunca en tu vida has sentido interés por ningún pasatiempo y no puedes recordar un momento en que esto comenzara. Parece que jamás te entusiasmó nada. Una posible razón es el exceso de control parental. Cuando alguien decide por nosotros desde pequeños a qué deberíamos dedicarnos (por ejemplo, inscribiéndonos en una actividad sin preguntar), nos acostumbramos a la falta de elección y simplemente no aprendemos a tomar decisiones por nosotros mismos. Como esto en la adultez puede desembocar en infantilismo (comportamientos inmaduros), es importante reconocer el problema a tiempo y empezar a tomar decisiones desde lo más simple. Elegir tu primer pasatiempo por ti mismo es una excelente manera de entrenar esta habilidad.
"¿Cómo encontrar algo que me guste de verdad?"

Casi todos los pasatiempos pueden dividirse en dos grandes categorías: activos (que requieren salir de casa) y pasivos (que puedes hacer desde casa o en un solo lugar). Puedes elegir basándote en si eres introvertido o extrovertido, ¡pero no solo en eso! Los pasatiempos también son una oportunidad para desarrollar nuevas habilidades. Por ejemplo:
-
Pasatiempos deportivos: ciclismo, senderismo, juegos en equipo al aire libre, crossfit, equitación, natación… Todo lo que te desarrolla físicamente.
-
Naturaleza y entorno: jardinería, recolección de setas y bayas, excursiones, viajes, arqueología, pesca, cuidado de animales. Estos fomentan la empatía, la atención y reducen el estrés.
-
Pasatiempos sociales: actividades que implican interacción con otras personas, como canto, recreaciones históricas, baile, clubes de debate, stand-up, teatro. Ayudan a desarrollar inteligencia emocional y habilidades de liderazgo.
-
Manualidades: costura, fabricación de jabones o velas, pirograbado, cocina, tejido, scrapbooking, etc. Mejoran la motricidad fina, el gusto estético y reducen el estrés.
-
Ingeniería: no solo robótica o construcción, sino también el armado de maquetas, rompecabezas. Desarrollan pensamiento espacial, lógica y conocimientos técnicos.
-
Arte: dibujo, escultura, fotografía, arquitectura. Desarrollan inteligencia emocional, percepción espacial y sentido artístico.
-
Tecnología y literatura: blogging, videojuegos, programación, animación, poesía, escritura, lectura. Fomentan tanto la comunicación como la imaginación y el desarrollo general.
¿Cómo empezar a descubrir tus intereses?

Reflexiona sobre ti y tu vida
Nadie más puede decirte cuál es tu vocación o qué te interesa realmente. Ni tus padres, ni tus profesores, ni siquiera tus amigos. Cada persona es única, con valores y creencias distintas, y el primer paso para encontrar tus verdaderos intereses es sentarte y analizarlos. Los pasatiempos más duraderos y apasionantes suelen ser aquellos que se alinean con tu personalidad. Por eso, algo popular puede no entusiasmarte, pero quizás el tejido sí, porque te relaja, o la equitación, porque amas los caballos.
Toma una hoja o tu cuaderno favorito, busca un lugar tranquilo y responde por escrito a estas preguntas:
-
¿Cuáles son tus fortalezas? Tal vez conectas con cualquier persona en segundos, combinas ropa con facilidad, entrenas bien a las mascotas, etc.
-
¿Cómo imaginas el mundo ideal? ¿Y tu futuro? ¿Qué te importa conservar o lograr? Por ejemplo, sueñas con un mundo donde todos se ayuden, y por eso te gustaría ser voluntario de vez en cuando.
-
¿Qué momentos te han traído emociones positivas fuertes? ¿Cuáles crees que definieron tu personalidad? Tal vez recuerdas un festival gastronómico con tus padres y desde entonces amas cocinar y experimentar con sabores.
Intenta escribir un ensayo sobre ti mismo. ¿Cómo te describirías a tu "yo" del futuro o a alguien a quien admiras? Incluye las respuestas anteriores y cualquier otra reflexión sobre la vida o tus actividades. Puede que descubras que algo que veías como cotidiano en realidad te apasiona profundamente.
Prueba en la práctica
Nunca sabrás lo que realmente te interesa hasta que lo pruebes. Según encuestas, cerca del 25 % de los adolescentes tienen una idea de lo que les gustaría hacer, pero no saben cómo empezar. Supón que admiras el cosplay, pero hacer trajes completos es difícil sin saber coser. Aquí tienes algunas ideas:
-
Encuentra personas que ya hagan lo que a ti te interesa y pídeles que te enseñen. Primero hazles preguntas. Puedes ir al estudio artístico de una amiga o al taller de costura de una conocida de tus padres y observar el proceso.
-
Mira tutoriales en YouTube y sigue los pasos. Aprenderás a hacer manualidades o cocinar nuevos platos.
-
Apúntate a talleres. Muchos son gratuitos en festivales o celebraciones locales. También hay webinars online.
¡Importante! Prueba incluso lo que no te convence. ¿Dudas ante una invitación a yoga o a patinar? Aún así, ve. Prueba al menos una vez todo lo que te parezca raro y tacha lo que no te guste (haz una lista para esto).
Haz nuevos amigos
¿Y si tu entorno actual está apagando tus intereses? Quizás porque ellos tampoco tienen pasatiempos o porque se burlan de los tuyos con frases como "Qué tontería". Intenta conocer gente nueva de todos modos. Puede que descubras hobbies de los que ni habías oído hablar antes. Un nuevo grupo puede arrastrarte a nuevas actividades, desde un partido de fútbol o un concierto hasta un juego de mesa o un quiz. ¿Y si te gusta?
Curiosea en redes sociales
Sorprendentemente, ¡también ayuda! Aunque parezca lo contrario, porque muchas veces queremos "escapar" de ellas, no todo es perder el tiempo. Si las usas como una herramienta de investigación, pueden inspirarte. La clave está en no mirar fotos sin sentido, sino observar los intereses que hay detrás. Pinterest es ideal para esto, ya que la gente suele compartir ahí sus verdaderas pasiones.
¿Una foto de un diario decorado que te dan ganas de replicar? Es scrapbooking. ¿Una foto acogedora con un libro y café? Leer también es un pasatiempo. Fotos de viajes, de trajes de buceo, de pasteles, de joyería con abalorios, de habitaciones decoradas... Detrás de cada imagen hay un interés. Crea una carpeta con ideas que te inspiren y trata de imitarlas.
Por supuesto, no es seguro que descubras tu verdadero hobby a la primera. Tampoco puedes prever cuál se convertirá en tu profesión en el futuro. Pero los pasatiempos no tienen que ser tu "sentido de vida". Son ante todo una manera de liberar tensión mental, descansar emocionalmente y disfrutar. Así que olvida los estereotipos sobre que tu pasatiempo debe ser popular o "cool". ¡Cualquier actividad que te dé alegría ya es tu interés! Date tiempo y no tengas miedo de probar cosas nuevas: sin duda, acabarás encontrándolo.