A todos nos gusta imaginar que un día empezamos una nueva vida: inscribirnos en un curso largamente esperado, dar la carta de dimisión a nuestro jefe, ir al gimnasio o incluso montar por fin nuestro propio negocio en lugar de estar atrapados en una oficina las 24 horas del día.
Pero estas fantasías siguen siendo fantasías porque esperamos el "momento adecuado" y nos congelamos de miedo cuando tenemos una oportunidad clara de cambiar algo. Te diremos por qué ocurre esto y cómo puedes vencer los miedos que puedas tener para que por fin puedas ponerte a hacer realidad tus sueños. Puedes aprender más sobre esto en nuestro curso, "Dile no a tus miedos. Nueva vida y nuevos resultados".
Miedo nº 1. Lo desconocido
Cuando probamos algo nuevo, no tenemos forma de saber cómo acabará ese "ensayo": quizá vaya bien y a la perfección, o quizá tengamos que superar una serie de dificultades por el camino. De todos modos, parece que esto no sería nada desalentador, ¿verdad? Pero nuestro cerebro a menudo tiene vida propia y a nuestra imaginación no le gusta dar rienda suelta. Por eso, cuando vemos ante nuestros ojos 1001 resultados que no se pueden predecir con exactitud, nos volvemos temerosos. Por lo general, este miedo proviene del deseo de controlar todo y de la voluntad involuntaria de ahorrar nuestros recursos internos en la medida de lo posible. El cerebro sencillamente no quiere dedicar demasiado tiempo a conseguir un objetivo, y si no hay garantías de que se alcanzará ese objetivo rápidamente (o de que se alcanzará en absoluto), nos intimida con lo desconocido y nos desanima frente al intento.
Hay varias formas de superar este bloqueo, por ejemplo
- lee varias autobiografías o entrevistas de personas que empezaron en una posición similar a la tuya. Intenta comparar tus trayectorias vitales, pero no busques divergencias, como te gustaría hacer, sino puntos comunes. ¿Cómo actuó esa persona en situaciones similares? ¿Qué errores cometió? ¿Cuándo y cómo consiguió los primeros resultados? ¿Qué sentimientos ha experimentado? Intenta encontrar un ídolo, y lo desconocido empezará a parecer un campo de oportunidades. ¿Y si tú también te haces rico de repente o te conviertes en una estrella?
- prueba una técnica de escenario. Toma un papel y describe el peor de los casos que podría ocurrir si inicias un nuevo negocio. A continuación, toma otro papel y escribe el mejor escenario posible, ¡simplemente fabuloso! A continuación, toma una tercera hoja de papel y escribe en ella un escenario realista, que sería la media de oro entre el primero y el segundo. Este es el escenario más probable. Y no parece tan aterrador como esperas, ¿verdad?
Ahora ya sabes cómo puede resultar tu situación y no te puede pillar desprevenido. Esto significa que, estás listo para actuar.
Miedo nº 2. Condena pública
"Qué dirá la gente...". - ¿Cuántas veces has escuchado esta frase de tus familiares o la has utilizado tú mismo? En general, se trata de estereotipos, que afortunadamente se están agotando poco a poco. Es por estos estereotipos por lo que mucha gente tiene miedo de dejar su trabajo después de los 50, apuntarse al ballet a los 30, dar la vuelta al mundo a los 20 o incluso ir al cine sola. De hecho, un fenómeno como el miedo a las opiniones de los demás tiene su propio término en psicología: el "efecto foco". ¿De dónde viene ese nombre? Y la sensación de que todos los que te rodean te discuten es exactamente como el foco en cuya luz te encuentras.
Esta característica de la psicología humana fue descrita por Thomas Gilovich, de la Universidad de Cornell. Como experimento, pidió a sus alumnos que acudieran a una conferencia con camisetas con la imagen de Barry Manilow (un cantante poco popular entre la juventud estadounidense). A continuación, Gilovich preguntó a los estudiantes cuántas personas creían que prestaban atención a sus camisetas. El análisis reveló que los estudiantes exageraron la atención de quienes los rodeaban en un 23%.
¿Qué puedes hacer para que las opiniones de la gente que te rodea no sean una molestia? En primer lugar, determina quiénes son esas personas: cuando te preguntas "qué pensarán", probablemente tengas en mente a alguien en concreto. Haz una lista de las personas que te vienen a la mente en esos momentos, y luego vuelve a leerla. Probablemente descubrirás que el 90% de la lista son personas cuyas opiniones no te importan realmente. Entonces, ¿por qué piensas en ellos?
Para identificar a "tu gente" que puede apoyarte en tu nuevo emprendimiento, haz un sencillo ejercicio:
- Formula una declaración en la que se basa el negocio que temes iniciar. Por ejemplo, si tu sueño es abrir tu propia panadería, tu declaración podría ser "Hago deliciosos pasteles".
- Haz una lista de personas que probablemente estén de acuerdo con esa afirmación.
- A continuación, haz una lista de personas que podrían intentar cuestionarlo.
- Después, hazte preguntas (preferiblemente también por escrito):
¿Qué lista de personas te gusta más?
¿Cuál de ellos te inspira mayor respeto?
¿Quién de ellos puede presumir de tener una vida activa, feliz y plena?
¿Cuál tiene una mayor reputación en la comunidad?
¿En qué personas es más probable que confíes?
¿Cuáles de estas personas te ofenden a veces o se comportan de forma que te gustaría ignorar?
¿Por qué hay que prestar atención a las personas de la segunda lista?
Cuando sepas de qué tipo de personas te rodeas, y sepas en qué opinión confías, no te sentirás intimidado por la frase "qué pensará la gente". Es probable que incluso descubras que la mayoría de las personas que te importan apoyarán tu causa. Tú eliges qué opinión quieres seguir, y si quieres seguirla.
Miedo nº 3. Errores y fracasos
Sería más exacto llamar a este miedo "perfeccionismo", porque el miedo a cometer errores se debe principalmente a él. ¿Qué te haría más imperfecto que cometer errores? El sociólogo Thomas Carren ha documentado un fuerte aumento del perfeccionismo en la sociedad en los últimos 25 años, especialmente entre los jóvenes, que puede ser el resultado de la "glorificación de la perfección" que han traído las redes sociales (como Instagram, donde todo el mundo publica sólo las mejores fotos y la mejor vida). De ahí que surjan tres tipos de perfeccionismo a la vez:
- Perfeccionismo autodirigido ("Seré lo mejor que pueda ser")
- Perfeccionismo compulsivo ("Siento que los demás me exigen que sea lo mejor posible");
- Perfeccionismo dirigido a los demás ("Cada petición que hago debe ser cumplida perfectamente por los demás").
¿Cómo afecta esto específicamente a tu vida? Pongamos el ejemplo de una pastelería: tu imaginación ya dibuja filas en la puerta y un lugar en el jurado de una feria de pastelería, pero entonces el perfeccionismo entra en acción y tu imaginación proyecta la imagen contraria: la gente evita la pastelería y se ríe porque haces rosetas de crema de queso torcidas, lo que hace que tu pastelería quiebre inmediatamente. Por lo tanto, no hay un punto intermedio en el que se cometan errores pero se corrijan: hay éxito o fracaso total.
El mismo ejercicio de tres escenarios que te aconsejamos para el miedo a lo desconocido te ayudará con esto. También vale la pena probar los siguientes consejos:
- Considera los errores como una parte natural de cualquier proceso. Tu tarea en cualquier empresa no es evitar los errores, sino trabajar con ellos, es decir, reconocerlos, analizarlos y corregirlos. Esto es lo que hacen todos los habitantes de la tierra.
- Concéntrate en el proceso en sí. Disfrútalo y no persigas el resultado.
- Establece un nivel de exigencia reducido. Si no puedes permitirte el lujo de saltarte un entrenamiento porque tu crítico interior te regañará por querer quedarte en la cama ese día, sustituye el entrenamiento por una sesión de ejercicios en casa de 20 minutos. ¿En qué no hay que comprometerse?
- Sigue el principio de "suficientemente bueno". A veces es mejor lanzar un negocio a tiempo, aunque no sea perfecto, que prepararlo durante varios años y acabar llegando tarde a las tendencias del mercado.
Cómo vencer un miedo del que no se sabe la razón
Hay veces en las que uno tiene miedo de empezar un nuevo negocio, pero no sabe por qué. Puede que no tengas miedo a lo desconocido, que no te importe la opinión de los demás, que no seas perfeccionista... Sea cual sea la verdadera razón, haz este ejercicio:
- Escribe en un papel lo que no puedes empezar a hacer.
- Escribe lo peor que podría pasar si decides hacerlo.
- A continuación, responde a algunas preguntas:
¿Cómo puedes evitar este resultado?
¿Cómo puedes rectificar la situación si se da este caso?
¿Cómo afectará a tu vida?
¿Qué sucede si el escenario no se confirma y tienes éxito?
¿Qué pasa si nunca lo asumes?
Ya en el proceso, empezarás a comprender el equilibrio de ventajas y desventajas, así como tus verdaderos motivos y deseos. Paralelamente, ten en cuenta lo siguiente:
- No niegues el miedo. No hay nada malo en tener miedo al cambio: la mayoría de la gente lo sufre, porque todos valoramos la estabilidad y nuestra propia comodidad.
- Expresa tus dudas en voz alta. Con la familia, los amigos o un psicólogo. En voz alta, nuestros problemas y pensamientos no suenan igual que en tu cabeza y puedes darte cuenta de su irracionalidad.
- Reconozca que no existe ningún callejón sin salida. Sea cual sea el final de tu aventura, te aportará nuevas experiencias y muchos otros recursos.
- Asegúrate de que es algo que realmente necesitas. Tu objetivo debe ser tu objetivo, no uno impuesto.
- Divide el proceso en pequeños pasos. No anuncies de inmediato que "¡Mañana voy a lanzar un negocio!". Empieza por registrar el nombre de tu empresa, hacer un curso adecuado, crear una página de empresa en las redes sociales, etc. Todo es gradual y suave.
Generalmente, a los niños les resulta más fácil cambiar: no dudan de su éxito, no miran hacia atrás y no tienen miedo de que el resultado no sea el mismo. Los adultos, en cambio, tienen una gran cantidad de experiencia, incluyendo experiencias negativas, traumas del pasado y fuertes lazos sociales en la sociedad. Todo esto, por supuesto, influye en nuestra motivación y determinación, pero una persona segura de sí misma y psicológicamente estable supera fácilmente todos estos factores. Si por alguna razón todavía no puedes hacer frente a la indecisión y finalmente cambias tu vida, entonces asegúrate de hacer nuestro curso "Dile no a tus miedos. Nueva vida y nuevos resultados". Te enseña a lidiar con el estrés que puede surgir al introducir cambios en tu vida, a mantener la calma en todo momento, a proteger los límites personales y a mantener un estado de recursos.