No es tarea fácil, especialmente en el mundo moderno, donde la atención humana dura apenas ocho segundos. Expresarte de forma concisa, correcta y clara te ayuda la pirámide de Minto. Hemos descubierto en qué consiste esta técnica y cómo usarla correctamente.
¿Qué es la pirámide de Minto?

La pirámide de Minto es una herramienta universal que permite expresar tus ideas de manera clara tanto en discursos públicos como en correspondencia empresarial. En términos simples, es una metodología especial para preparar cartas, boletines, y todo tipo de presentaciones, solicitudes, informes y resúmenes.
La esencia de este método consiste en estructurar toda la información que deseas comunicar siguiendo una plantilla establecida: desde lo más importante hasta los detalles menos relevantes, o dicho de otro modo, de lo general a lo particular. También puede utilizarse el esquema inverso, de lo particular a lo general. En el primer caso, el autor o el orador debe presentar primero la idea principal, la esencia de su discurso, y luego argumentar dicha posición desarrollando de manera ordenada los detalles que sustentan la idea central. Si se opta por ir de los detalles a la conclusión, es decir, a la idea principal, el autor debe exponer primero todas las tesis fundamentales para luego, al sintetizarlas, llegar a la conclusión. Lo importante es que cada idea de tu texto o discurso fluya lógicamente de la anterior y conduzca a la siguiente, siguiendo una única jerarquía, ya sea de arriba hacia abajo o viceversa.
Visualmente, esto puede representarse así:

Und dies ist die entsprechende Struktur von speziell zu allgemein.

Y esta es, correspondientemente, la estructura de la exposición de lo particular a lo general.
Se considera que la primera jerarquía, de la idea principal a los argumentos, es más fácil de entender para el público en general.
¿Por qué se llama pirámide de Minto?
El nombre se debe, principalmente, a la disposición esquemática de la información en forma de pirámide o pirámide invertida. Y Minto es el apellido de la autora de la teoría, quien propuso estructurar la información de esta manera. Barbara Minto fue en 1963 la primera mujer consultora en la firma internacional de consultoría McKinsey, especializada en gestión estratégica. En 1973 fundó su propia empresa, Minto International Inc., comenzó a impartir clases en las escuelas de negocios de Harvard y Stanford, además de capacitar a empleados en las principales organizaciones estadounidenses y europeas.
En su libro "El Principio de la Pirámide de Minto. Reglas de oro para pensar, escribir y hablar en público", Barbara describió en detalle esta metodología. Resultó ser sencilla, comprensible y, lo más importante, eficaz. Por eso, desde la década de 1970 y hasta hoy, la pirámide de Minto se considera un estándar internacional para la preparación de textos empresariales y presentaciones orales. Aunque Minto desarrolló su modelo inicialmente para la correspondencia, se usa con igual éxito para la creación de diversos materiales: artículos, conferencias y todo tipo de instrucciones.
Más sobre la estructura de la pirámide de Minto

La pirámide de Minto está organizada de modo que cada nivel sucesivo explica y demuestra todo lo expuesto en el nivel superior precedente. Según esta metodología, cualquier texto debe constar de varios elementos clave. El primero es la introducción. Es fundamental introducir a tu audiencia, sean lectores o oyentes, en la situación que van a conocer. Para captar y mantener la atención desde el inicio, es necesario definir una pregunta concreta, problema o tarea relevante, es decir, el tema al que estará dedicado tu discurso.
Después de la introducción, viene la idea principal. Esta es la solución al problema planteado al principio, una idea o manera de llevarla a cabo. En otras palabras, la idea principal del discurso incluye una respuesta precisa y concreta a la pregunta planteada. Debes ofrecer tu propuesta para salir de la situación difícil.
La siguiente etapa es la argumentación, que consiste en presentar afirmaciones que respalden la idea principal expuesta previamente, que convencerán a la audiencia, interlocutores o lectores de la validez y eficacia de la solución propuesta. La propia Minto aclaró que puede haber varios grupos de argumentos, pero es importante mantener siempre una línea central, es decir, a lo largo de toda la presentación reforzar las palabras con evidencias contundentes que no dejen lugar a dudas. Además, los argumentos son los que estructuran toda la presentación o texto.
En algunos casos, las pruebas para cada uno de los argumentos se destacan como un punto separado siguiente. Esto es necesario cuando describes o hablas sobre situaciones complejas o ideas de gran escala. En ese caso, es útil descender literalmente un nivel más en la pirámide y demostrar cada uno de los argumentos. Por supuesto, puede haber varios niveles, pero no más de los necesarios para que la audiencia no tenga dudas. Por lo general, el número de niveles no debe exceder de cinco.
El componente final de la pirámide de Minto son las conclusiones. Aunque, en realidad, pueden no ser necesarias. Si haces una buena introducción al tema, expones cada argumento secuencialmente y lo respaldás con evidencias, los oyentes o lectores entenderán sin conclusiones adicionales qué idea quieres transmitirles. Sin embargo, en algunos casos sí puede ser necesario un cierre. Entonces es conveniente recordar de nuevo la idea principal, el concepto de tu discurso y ofrecer una solución concreta ya fundamentada. Por supuesto, no estará de más al final de cualquier discurso o incluso mensaje escrito invitar a la audiencia a hacer preguntas si algo quedó poco claro, expresar su opinión y compartir retroalimentación.
No hay que olvidar que la estructura expuesta se puede abordar de diferentes maneras. No es obligatorio seguir estrictamente ese orden. Como se dijo antes, puedes comenzar por la argumentación de una posición concreta, demostrar su validez y después llegar a la idea principal. La pirámide de Minto pone el foco en que las justificaciones se expongan de manera secuencial y que cada argumento esté respaldado por pruebas. En los mensajes escritos, como cartas, informes y presentaciones, se debe destacar esto con negritas, cursivas o subtítulos. En los discursos orales es importante marcar bloques del discurso con cambios de entonación, variación en el tono y ritmo de voz, y usar gestos y expresiones faciales.
Reglas principales para construir la pirámide de Minto

Barbara Minto describió detalladamente tres principios principales para estructurar cualquier texto.
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Un argumento resume todos los anteriores
En pocas palabras, un argumento o una idea debe resumir todos los argumentos e ideas adicionales dentro de ese grupo. Así, un grupo que incluye varios argumentos explicativos está subordinado a uno más amplio.
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Los argumentos en un grupo deben ser lógicamente similares
Todas las tesis, ideas y argumentos explicativos en un mismo nivel deben ser del mismo tipo y probar una única idea al público. Por ejemplo, las tesis sobre beneficios y rentabilidad de una empresa forman un grupo, mientras que las que tratan sobre clientes habituales y captación de nuevos forman otro.
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Los argumentos deben presentarse en orden secuencial
Se debe prestar especial atención a la disposición de los argumentos en el texto. Es necesario exponer todas las tesis e ideas en una secuencia lógica. Para ello hay distintas opciones, por ejemplo:
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Secuencia temporal, cuando se enumeran acciones en el orden en que se realizaron o se deben realizar;
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Orden estructural, cuando un objeto o proceso se descompone en partes y se enumeran;
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Jerarquización, es decir, presentar ideas, causas y pruebas en función de su importancia (este método es especialmente útil para exponer riesgos potenciales y amenazas externas).
Así, la pirámide de Minto es una de las herramientas más efectivas para construir diversos textos y estructurar presentaciones orales. Además, esta metodología no requiere gastos adicionales ni tiempo extra. Con la técnica de Minto aprenderás a transmitir información a tu audiencia de manera rápida, clara y concisa, a convencer incluso a los opositores más reacios de tu razón y a alcanzar el éxito. ¡Es un método comprobado con el tiempo!