Quizás todo el mundo espera con impaciencia que lleguen sus vacaciones pronto, pero solo unos pocos desean que se acaben cuanto antes.
Incluso existe un fenómeno llamado "síndrome postvacacional" que, según las estadísticas, padece un 52% de trabajadores cuando llega el momento de volver al trabajo. Este síndrome se refiere a un episodio de depresión que puede estar acompañado de insomnio, ansiedad, apatía, incapacidad para concentrarse en las tareas laborales y cambios de estado de ánimo. ¡Sin embargo, todo esto se puede evitar volviendo al trabajo de manera correcta!
Normalmente, el síndrome postvacacional no dura mucho, como máximo entre 3 o 7 días. A pesar de eso, resulta bastante molesto y como poco estropea el estado de ánimo, y por ende, contribuye al estrés e incluso conflictos laborales. Además, los que más se ven afectados por este síndrome son las personas cuyo trabajo está relacionado con un gran grado de estrés y responsabilidad, por ejemplo, jefes, médicos, profesores, trabajadores de urgencias, deportistas, etc. Las personas que tienen trabajos más tranquilos como los empleados de museos, no suelen sentirse muy agobiados al volver al trabajo. En primer lugar, porque su día a día laboral no contrasta demasiado con su vida en las vacaciones, como pasa, por ejemplo, con las profesiones como bombero o médico de urgencias.
Si tu síndrome postvacacional dura más de una semana y se manifiesta con una intensidad tan grande que paraliza tu rutina y a ti mismo, entonces puede que merezca la pena pensar en cambiar de trabajo, ya que el síndrome postvacacional prolongado y grave lo suelen padecer las personas que trabajan en lugares donde realmente no quieren trabajar. Está claro que esto no quiere decir que si a uno le gusta su trabajo nunca se cansará ni tendrá agotamiento. Pero tampoco significa que debas volver al trabajo llorando y temblando. No obstante, en cualquier caso puedes poner en práctica nuestros consejos sobre cómo volver al trabajo después de las vacaciones sin sufrir. En total son ocho.
Prepárate para volver al trabajo incluso antes de irte de vacaciones
Está claro que este consejo es relevante para ti solo en caso de que estés leyendo este artículo antes de irte de vacaciones, no cuando estás preparándote para volver al trabajo. A pesar de eso, merece la pena que lo recuerdes al menos para el futuro. Porque el método más sencillo de cambiar de chip después de las vacaciones es trabajar duro el último día antes de irte de vacaciones.
Procura dejar terminadas todas las tareas que requieran de tu participación y preparar las que tengas que delegar a tus compañeros. Por ejemplo, escribe de antemano una especie de FAQ del proyecto al que tus compañeros puedan recurrir cuando no estés. Así evitarás que te molesten durante tus vacaciones con llamadas y mensajes urgentes y podrás desconectarte por completo.
También deja ordenado tu puesto de trabajo: clasifica los documentos, pon en un lugar especial aquellos que podrían necesitar otros empleados y, si fuera necesario, abre el acceso al ordenador o, por el contrario, bloquéalo (si hay riesgo de pérdida de información). Así, al volver encontrarás un lugar limpio y preparado para trabajar, sin desorden ni basura. Además, puedes crearte de antemano un plan de trabajo para los primeros 2 o 3 días después de volver de vacaciones para que no se te olvide mientras estás fuera qué proyectos tienes pendientes, qué hay que comprobar y monitorear nada más empezar, quién espera una respuesta tuya, etc.
¡Nota! Haz todo lo posible para que nada te recuerde al trabajo durante las vacaciones, porque si no, no se sentirá como un descanso y es posible que no tengas tiempo suficiente para recuperarte antes de volver. Cierra tus perfiles de trabajo, apaga las notificaciones o incluso utiliza otro número de teléfono durante las vacaciones, no revises los emails. Si aún así te da miedo que surja alguna emergencia durante tu ausencia, deja solo un canal de comunicación para ti y solo para determinados compañeros.
No cambies tu horario demasiado
Y si lo cambias, intenta volver a coger la rutina de antemano. Está claro que estamos hablando de horario de sueño que muchas personas cambian nada más empezar las vacaciones. Por ejemplo, empiezan a levantarse a las 12 del día en vez de a las 7 de la mañana y acostarse bien entrada la medianoche. Es algo entendible, el cuerpo pide recuperar sus recursos, dormir mucho y cambiar de aires. Sin embargo, márcate límites que no deberías sobrepasar, porque luego te va costar volver a lo de antes (lo cual provoca un estrés adicional). Por ejemplo, no te acuestes más tarde de una determinada hora o vuelve a despertarte temprano unos 3 o 4 días antes de que terminen tus vacaciones.
Por cierto, algo así se puede practicar con los hábitos cotidianos: por ejemplo, no dejar de hacer deporte y ejercicio físico por completo, sino reducir su cantidad dos veces. O no dejar de alimentarse bien mientras estás de vacaciones, sino ampliar la dieta dejando una base saludable.
Termina tus vacaciones un jueves
Es un auténtico lifehack que, sin embargo, solo es posible con la aprobación de tu jefe. ¡Pero sigue siendo un lifehack! Normalmente la mayoría de la gente se va de vacaciones un lunes y vuelve también un lunes. Pero, en primer lugar, vas a estar más contento y te va a costar menos trabajar cuando sepas que no tienes que esperar hasta el viernes para irte de vacaciones, porque empezarán el jueves. Y la vuelta será más fácil todavía, ¡porque hasta el próximo fin de semana solo tendrás que trabajar 2 días!
Así, el jueves se convertirá en el punto de partida para planificar, organizar las tareas acumuladas y saludar a los compañeros y el viernes será el día con una jornada reducida (en la mayoría de las empresas) o al menos el día cuando no se suele emprender nada nuevo o dedicarse a algo seriamente. Además, dos días libres los sentirás como un extra para tus vacaciones que apenas acaban de terminarse, podrás recuperarte por completo, organizar tu ropa, digerir las emociones recibidas o planificar una semana laboral completa. El lunes ya no te parecerá tan horrible y retomarás el ritmo con facilidad.
Usa las técnicas de gestión del tiempo
La gestión del tiempo es un salvavidas para las situaciones cuando hay mucho trabajo. ¡Y para la vuelta después de las vacaciones también! Te recomendamos sobre todo la Matriz de Eisenhower que fue creada justo para cuando hay demasiadas tareas (lo que suele pasar después de un largo descanso) y no sabes por dónde empezar. La matriz funciona de una manera fácil: tienes que apuntar todas las tareas que tienes en el momento dado y luego clasificarlas en cuatro categorías:
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urgentes e importantes,
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urgentes, pero no importantes,
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importantes, pero no urgentes,
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no urgentes ni importantes.
En primer lugar, debes dar prioridad a las tareas de la primera categoría, es decir, a las urgentes e importantes, ya que seguro que lleva riesgos terminarlas tarde. La segunda categoría, o sea, las tareas urgentes pero no importantes, ponlas al final de la jornada o entre los asuntos urgentes e importantes, ya que normalmente no toman tanto tiempo (se puede tratar de firmar un documento, confirmar algo, etc.). La tercera categoría, es decir, las tareas importantes pero no urgentes, déjalas para otro momento, cuando no estés tan cargado de trabajo y hayas vuelto al ritmo de siempre. La cuarta categoría, lo que no es urgente ni importante, delégalo a otros, a tus compañeros o becarios.
¡Nota! Cuando hagas una tarea, no la borres ni la taches, sino márcala. Ver una lista de tareas terminadas motiva y muestra lo productivo que ha estado uno durante el día.
Afronta el miedo a lo desconocido
A menudo, el estrés después de las vacaciones es causado por el miedo a los cambios en el trabajo que hayan podido pasar allí mientras no estabas. Puede que por eso te estremezcas incluso durante las vacaciones, imaginándote el día cuando terminen. Pero seamos realistas: en el 98% de los casos, en tan solo dos semanas, a las empresas no les da tiempo a implementar ninguna novedad y uno siempre vuelve a las mismas circunstancias que había antes de irse. Incluso si hacen algunos cambios, te adaptarás a ellos con facilidad. No visualices cambios y sus consecuencias para ti. Esa ansiedad tiene como objetivo protegernos anticipando todas las opciones de futuro, pero en realidad solo agota nuestros recursos, ya que esas opciones nunca llegan a suceder.
Si el miedo a lo desconocido (que también se suele llamar aversión a la incertidumbre) es realmente un problema para ti, puedes hacer lo siguiente: unos días antes de volver de vacaciones, ponte en contacto con un compañero con el que te lleves bien y pregúntale por los últimos acontecimientos. Así te pondrás al tanto de las novedades y volverás al trabajo preparado.
Convierte la vuelta al trabajo en una fiesta
¿Quién ha dicho que volver al trabajo debe ser una tragedia? No son tus últimas vacaciones y además seguro que te has traído un montón de recuerdos y delicias locales. Aparta algunos para tus compañeros y el día de tu vuelta al trabajo, monta un pequeña fiesta o entrega de regalos simbólicos. Habla con el equipo sobre tu viaje, cuenta sobre lo más interesante, emotivo y gracioso. Puedes hacerlo antes de empezar la jornada o durante la comida, así ralentizarás el ritmo de trabajo loco por un día para adaptarte y de paso regalar un buen estado de ánimo a tus compañeros y a ti.
También puedes crear una sensación de fiesta arreglándote. Por ejemplo, te has bronceado bien durante las vacaciones. Entonces, ponte algo más descubierto o blanco para resaltar ese bronceado. Hazte un bonito peinado, maquillaje, elige unos preciosos accesorios (que a lo mejor compraste en tus vacaciones) y llega al trabajo como si fuera un evento que has estado esperando mucho tiempo. Es decir, ¡prepárate para la ocasión! Esta receta es válida para cualquiera y ni siquiera hace falta traer ningún regalo para nadie.
¡Nota! Aún así, los souvenirs son un buen método para que los compañeros compartan las novedades si necesitas que te pongan al día. Por ejemplo, si en tu ausencia han lanzado un nuevo proyecto o te han encomendado una nueva tarea con la que necesitas ayuda.
No aceptes trabajar horas extras
Después de las vacaciones, hay una gran tentación de enterrarse por completo en el trabajo, porque hay tanto que hacer y apetece hacerlo todo ya. Pero no estás preparado para ello. Una repentina vuelta de la carga laboral desconcierta y más si resulta ser igual que antes de irte de vacaciones. Todas las personas necesitan tomar impulso, adaptarse. Si abordas todo a la vez o aceptas trabajar hasta la noche solo para poner las tareas al día (incluso si antes eso era algo normal para ti), solo empeoras el estrés que tu cuerpo ya está sintiendo.
Sé más comprensivo contigo mismo. Limita la cantidad de tareas para los primeros 2 o 3 días incluso si te sientes desbordado por su avalancha. Elige unas 3 o 4 principales y céntrate en ellas, además de disfrutar de las tardes. Por ejemplo, ve una peli con palomitas, chatea en el móvil o lee un libro. Así te sentirás como si estuvieras volviendo de las vacaciones no de golpe, sino poco a poco: por las mañanas trabajas, pero por las tardes sigues de vacaciones.
Algoritmo de acciones para el primer día postvacacional
Nos hemos encargado de planificar tu primer día de vuelta al trabajo para evitarte preocupaciones y estrés. Usa nuestra plantilla de acciones paso a paso en cuanto entres por la puerta de tu despacho.
Paso 1. Apaga los emails de respuesta automática. Se trata de cartas automáticas que recibe todo el mundo al enviarte un email mientras no estás disponible. La gente debe saber que has vuelto, así que lo primero es restablecer todos los canales de comunicación laborales: entra en las cuentas de trabajo, quita el estado "de vacaciones", etc.
Paso 2. Comprueba los emails. Empieza por aquellos canales de comunicación a través de los cuales te contactan los socios más importantes u otras personas en general (por ejemplo, el correo electrónico). Lo más probable es que esté en caos. Primero lee por encima los asuntos o los remitentes de los emails para determinar cuáles de ellos son más importantes (por ejemplo, si están dentro de la categoría de la matriz "tareas urgentes e importantes"). Contesta solo a esas personas, y notifica al resto, los que no son tan importantes pero urgentes, que pronto volverás con una respuesta.
¡Nota! En ningún caso leas los emails en el orden cronológico. Si no, te arriesgas a ahogarte en ellos y no poder hacer nada. Ahorra tu tiempo y clasifica los emails con otros métodos más efectivos que permitan evaluar su importancia o urgencia.
Paso 3. Comprueba el calendario. ¿Tienes programada alguna reunión próximamente? ¿Tienes algún plazo límite cercano? ¿Alguna entrevista, conferencia, evento corporativo? Prepárate en primer lugar para ellos si son entre hoy y mañana.
Paso 4. Crea un plan basándote en los puntos anteriores y con ayuda de la matriz de Eisenhower. Los puntos anteriores te han permitido sacar información exhaustiva sobre quién, qué y cuándo espera algo de ti. Ahora es importante priorizar las tareas que se han creado y empezar a completarlas.
Paso 5. Elimina las distracciones (si las detectas). Después de las vacaciones es difícil concentrarse en el trabajo y es algo normal. Pide a tus compañeros que no te pregunten sobre cómo te lo has pasado antes de salir al descanso, aparta el móvil, no entres en las aplicaciones que no necesitas, etc. Lo más probable es que tengas una gran tentación de cambiar el fondo de pantalla de tu ordenador, enseñar tus fotos a tus compañeros o empezar a contar cuántos días te quedan hasta las próximas vacaciones. Aplaza todas estas cosas interesantes hasta la noche y reserva un tiempo aparte para ellas.
Paso 6. No te quedes en el trabajo más tiempo del debido y pasa las tardes tranquilamente. Date un respiro después del primer día de trabajo, recompénsate con algo: una comida rica, una compra agradable, un hobby favorito para hacer en casa, ya sea pintar o jugar a un videojuego.
Aumenta tu carga laboral poco a poco, independientemente del tiempo que hayas estado fuera o de las tareas que se hayan acumulado, de lo contrario te arriesgas a perder todos los recursos recuperados antes de que lleguen las próximas vacaciones.
No hagas planes grandiosos, no intentes organizarlo todo y ya, no corras ni te castigues por estar despistado o lento. Pasa los primeros dos días con calma, participa donde se requiera tu participación, pero limita las tareas entrantes y, lo más importante, planifícalas. ¡Y no te olvides de prepararte para las vacaciones de antemano la próxima vez!