En su propio estudio, publicado en la revista International Journal of Educational Research Open, confirmaron que el uso del modelo educativo P2P efectivamente mejora el rendimiento de los alumnos en las materias STEM, es decir, en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Curiosamente, el metaanálisis de los científicos mostró que los estudiantes bajo el sistema P2P lograron el mayor progreso en biología y disciplinas tecnológicas. Las calificaciones en matemáticas y química mejoraron solo ligeramente. Los investigadores explican esto por la naturaleza misma de estas asignaturas, ya que los programas de biología y tecnología están más orientados a la práctica. Precisamente en la práctica, a los estudiantes les resulta más fácil explicarse unos a otros los temas.
Además, los científicos compararon dos tipos de aprendizaje mutuo. En el primero, los compañeros de clase se enseñan entre sí, mientras que el segundo supone que los profesores son alumnos de otra edad, por ejemplo, de cursos superiores. El metaanálisis no reveló diferencias significativas en la eficacia de ambos tipos, pero el método de enseñanza entre iguales resultó ser ligeramente más efectivo.
El estudio también demostró que el modelo peer-to-peer influye positivamente no solo en el rendimiento académico y la velocidad de aprendizaje, sino también en otros indicadores clave, como la autoestima, el pensamiento crítico, la autorregulación y la motivación intrínseca.
Se denomina aprendizaje mutuo a un modelo educativo en el que los participantes del proceso de aprendizaje -tanto los alumnos como quienes actúan como profesores- están en igualdad de condiciones. Por eso, en el sistema peer-to-peer no existe una jerarquía administrativa ni las directivas y sanciones propias de la educación tradicional. No hay una clasificación estricta de los métodos P2P, pero entre los escenarios más comunes se encuentran: un estudiante más experimentado que enseña a otro menos experto o más joven; alumnos que intercambian conocimientos y aclaran dudas durante discusiones; estudiantes que forman grupos, por ejemplo, para preparar exámenes o trabajar en un proyecto académico; alumnos que revisan los trabajos de otros y brindan retroalimentación constructiva, entre muchas otras variantes de aprendizaje mutuo. Cada una de ellas permite a los estudiantes desarrollar habilidades blandas, abordar el proceso de aprendizaje con mayor conciencia, profundizar en el material de estudio, memorizar más rápido y asimilar mejor la información nueva.