Está a punto de llegar la fiesta más esperada y romántica del año, el Día de San Valentín.
Se cree que esta tradición tiene más de 16 siglos de antigüedad. Desde entonces, cada 14 de febrero es costumbre declarar amor a tu media naranja, hacer regalos conmovedores y tener citas a la luz de las velas. Pero a veces es mucho más fácil amar a otra persona que amarse a uno mismo. No nos resulta difícil elogiar por algo a nuestra pareja, consolarla en los momentos difíciles y animarla si algo no funciona. Sin embargo, nos resulta mucho más difícil decirnos palabras de amor y apoyo a nosotros mismos, aunque el amor a uno mismo es la clave de unas relaciones sanas y armoniosas con nuestra pareja y con todas las personas que nos rodean. Averigüemos cómo aprender a aceptarse y quererse a uno mismo, deshacerse de la inseguridad y la baja autoestima. He aquí algunos consejos sencillos pero muy eficaces de los expertos de Lectera:
Consejo 1. ¡Elógiate más a menudo!
¡La mejor forma de hacerlo es por escrito y no esperar que lo haga otra persona por ti! Consigue un cuaderno, ármate con un bolígrafo y escribe de qué te sientes orgulloso. Puedes empezar enumerando al menos 5-7 cualidades positivas que poseas. Por ejemplo, eres puntual y responsable, además de comprensivo y compasivo, etcétera. Cada cualidad puede respaldarse con una o dos historias de tu vida que demuestren que eres exactamente así. Por ejemplo, si eres muy trabajador, explica que piensas así porque nunca te niegas a hacer trabajo extra, te gusta ver resultados de tu trabajo y te desarrollas constantemente en tu profesión.
Luego, haz una lista aparte de lo que ya has conseguido en tu vida. Por ejemplo, has ingresado a la universidad o ya has terminado tus estudios superiores, has conseguido un ascenso, has aprendido un idioma extranjero o has adquirido una nueva habilidad profesional. Tómate tu tiempo y piensa en ello. Puede que la lista sea larga, pero te ayudará a darte cuenta de tu propio valor, a recuperar la autoestima y la confianza en ti mismo, porque ya has conseguido mucho y aún te quedan muchas oportunidades por delante.
Conviértelo en un hábito: por ejemplo, al final de cada semana, quincena o mes, haz una lista de lo que has conseguido y dominado durante ese periodo. Así la sensación de pérdida de tiempo, las dudas y la confusión desaparecerán. Además, te enseñará a valorar todas tus acciones en el futuro y a respetarte por las decisiones importantes que hayas tomado.
Consejo 2. Dedica un día exclusivamente para ti
Una vez a la semana o al menos al mes, intenta no pensar ni preocuparte por nadie más que por ti mismo. Dedica esas 24 horas a tus propios intereses y deseos. No te obligues a hacer nada que no quieras o no te guste. Incluso puedes permitirte comer una bolsa de patatas fritas, una hamburguesa o una tarta de chocolate entera si te apetece mucho.
Intenta olvidarte de todas tus obligaciones y tareas durante al menos un día, no va a pasar absolutamente nada si lo haces. Lo mejor es hacerlo cuando ya hayas completado todas las tareas urgentes y hayas cumplido todos los plazos para que no te distraiga nada. En un día libre, lo mejor es incluso apagar el teléfono, organizar una desintoxicación digital y pasar tiempo a solas con uno mismo meditando, leyendo un libro o viendo tu serie de televisión favorita, y terminarlo con un paseo por la tarde. Pero no hace falta que te encierres: puedes ir a un concierto, quedar con amigos para comer, ir a un teatro, etc. Lo principal es liberarse de la rutina aburrida, como cocinar, limpiar, trabajar, e intentar entrar en contacto con uno mismo para recargar las energías y reponer los recursos.
Consejo 3. Hazte regalos
Aparte de las vacaciones y acontecimientos como ascensos, cambios de trabajo o mudanzas, hay muchos otros días al año para celebrar. No te engrías solo en las ocasiones especiales, sino también porque sí. Por supuesto, no estamos hablando de grandes compras como un coche, un nuevo dispositivo o joyas de diseño. Se puede alegrar el día con regalos más modestos, como un pequeño mueble o cualquier baratija bonita, un rico helado, una cena en tu restaurante favorito o un ramo de flores para uno mismo. Aunque lo mejor es comprar algo para el día a día, para que al mirar este objeto y tomarlo en tus manos, recuerdes tu propia importancia. De este modo, el objeto simbolizará tu valor y aumentará tu confianza.
Consejo 4. Nunca dejes de probar algo nuevo
Intenta hacer más a menudo cosas que nunca hayas probado antes. Pueden ser las cosas más sencillas, como cocinar un plato nuevo o ir al cine a ver una película de terror que nunca hayas visto. En otras palabras, intenta sorprenderte a ti mismo. Prueba a escuchar música que nunca te había llamado la atención. Puede que sea rock, rap, jazz, etc.
También es importante encontrar nuevas aficiones, ampliar horizontes, conocer gente nueva y descubrir los ámbitos más interesantes y diversos de la vida. Por ejemplo, puedes ir a nadar o a montar a caballo, empezar a aprender francés, asistir a una clase magistral de billar o de pintura al óleo. Piensa en qué te gustaría poner a prueba tus habilidades. Esta actividad puede convertirse en una vía de escape que te ayude a ganar confianza en ti mismo y a liberar tu potencial creativo.
Consejo 5. Escribe una carta al futuro
Es otra técnica eficaz que te ayudará a no perder la fe en ti mismo en el futuro. Escríbete una carta a ti mismo, guárdala y vuelve a leerla sólo en los días difíciles, cuando nada funciona, todo se te escapa de las manos y parece que ya no puedes más.
Esta carta debe contener palabras de apoyo y cariño escritas como si vinieran de de parte de otra persona. Por ejemplo, escribe: «Sé que estás pasando por un momento difícil en este momento. Es duro para ti, pero pronto acabará. Está a punto de llegar una racha buena, pero mientras tanto, ten voluntad y coraje. Puedes superar todos los obstáculos, no queda mucho. Creo en ti y aprecio tus esfuerzos». Este texto debería ayudarte a sentir empatía, amor y cariño por ti mismo. Lo mejor es escribirlo a mano e imaginar que esta carta es de un aliado leal, tu mejor amigo, que sólo te desea el bien y la prosperidad, cree en ti y espera un futuro mejor. Por lo tanto, es importante que elijas tus palabras con cuidado, que te dirijas a ti mismo con afecto, que mantengas un tono comprensivo. Intenta ser siempre amable contigo mismo y con los demás, sin crear negatividad, porque ya hay demasiadas críticas a nuestro alrededor.
Consejo 6. Acepta tus emociones
Llevar un diario de emociones es un gran ejercicio para mejorar tu estado mental, comprenderte mejor y desarrollar confianza en ti mismo. Intenta no reprimir las emociones, es decir, no tengas miedo de sentir rabia, miedo, resentimiento, tristeza u otros sentimientos que se consideran negativos. Aprende a experimentarlos y procesarlos de forma correcta: esto significa, sobre todo, ser atento con tus propios sentimientos. Para hacerlo, todo lo que necesitas es un cuaderno y un bolígrafo (es mejor apuntar a mano tus pensamientos y sentimientos). La forma más eficaz y sencilla de llevar un diario es en forma de tabla. Por ejemplo, podría tener este aspecto:
Situación |
Pensamientos |
Emociones |
Conclusiones |
El jefe me gritó delante de todos |
¿Cuál era mi fallo? ¿De verdad he cometido ese fallo tan tonto? ¿Qué pasará ahora? ¿Cómo lo arreglo?.. |
Sentí miedo y ansiedad. Me sentí dolido y enfadado. Al mismo tiempo, me sentía culpable por haber cometido un error. Sentía frío, me temblaban las manos, me faltaba el aire... |
1. Todas las personas tienen derecho a equivocarse, el mundo no se acabará por ello. 2. Averiguaré cuál fue exactamente mi error, lo corregiré e intentaré que no vuelva a ocurrir, etc. |
Así pues, en la primera columna debes describir el desencadenante que te hizo sentir una determinada emoción y te hizo sentir de una determinada manera. Puede ser algo que hizo una persona cercana, un compañero o incluso un desconocido, puede ser algo desagradable que te dijeron, un recuerdo que te vino a la cabeza de repente o cualquier otra cosa.
Luego, escucha tus propios pensamientos y, en la siguiente columna, describe detalladamente los sentimientos y emociones que tuviste a raíz de lo que pasó. Intenta describirlos de la forma más precisa posible, es decir, sin exagerarlos ni distorsionarlos, sino tal y como son en realidad. No te olvides de describir cómo reacciona tu cuerpo a lo que ocurre en tu mente. Por ejemplo, en momentos de ira puedes apretar los puños involuntariamente, cuando estás nervioso, morderte los labios o chasquear los dedos. También presta atención a tu temperatura, si sientes frío o calor, si experimentas rigidez y tensión muscular. En otras palabras, escucha atentamente a tu propio cuerpo. En la última columna es necesario llegar a una conclusión de cómo superar la situación de la manera más eficaz y sensata. Sustituye tus pensamientos negativos por otros positivos o, al menos, neutros.
Un diario de emociones te ayudará a reaccionar de forma más consciente ante distintas situaciones, a controlar los arrebatos emocionales, a reducir la ansiedad y a ser sincero contigo mismo. Debes hacer este ejercicio con regularidad, haciendo apuntes cada día o al menos 3-4 veces por semana. También es importante volver a leer lo que has escrito y analizarlo, evaluarlo y reflexionar. Intenta buscar evidencias de tus pensamientos y las verdaderas razones de tus experiencias, en lugar de limitarte a describir lo sucedido.
Consejo 7. No te compares con los demás
Todos somos seres humanos y, como vivimos en sociedad, estamos acostumbrados a compararnos con los demás. Sin embargo, esto no tiene ningún sentido, ya que la trayectoria vital de cada persona, su carrera profesional y todas las demás esferas de actividad son únicas. Todos tenemos diferentes experiencias, visiones del mundo y valores. Por lo tanto, es mejor centrarse en uno mismo para llegar a los propios objetivos que perseguir lo que otros nos imponen. Por eso es importante no obsesionarse con las opiniones de los demás y no prestar demasiada atención a lo que los demás piensan de uno.
Pero si te cuesta abandonar el hábito de comparar, lo mejor que puedes hacer es compararte con tu yo del pasado. A veces puede ser muy útil hacer un balance de cómo has cambiado en el último año, analizar nuevas experiencias y encontrar muchos motivos para sentirte orgulloso de ti mismo.
Consejo 8. Di adiós al perfeccionismo
Las ganas de hacer absolutamente todo a la perfección, el miedo a los errores y la excesiva sensibilidad a los fracasos obstaculizan tu desarrollo, aumentan la ansiedad y la preocupación, fomentan la autocrítica y la baja autoestima. De hecho, es simplemente imposible dar lo mejor de uno mismo todo el tiempo, ser siempre el mejor de los mejores y no cometer ningún error.
Una forma interesante de combatir el perfeccionismo es la siguiente: haz algo mal de forma deliberada. Por supuesto, no estamos hablando de fracasar en una negociación comercial crucial o de un error intencional en un informe trimestral. Se puede superar el perfeccionismo sin meterte en problemas. Por ejemplo, los perfeccionistas, por regla general, siempre van vestidos de punta en blanco, aseados y arreglados. Prueba a salir de casa con una camisa sin planchar, a despeinarte o a remangar los pantalones de forma desigual. Te sentirás incómodo, pero tendrás que aguantarlo. Así aprenderás a estar más relajado ante cualquier imperfección y a aceptarlas con facilidad.
Cultivar el amor propio es un proceso largo y difícil. Pero sólo poniéndote a ti mismo en primer lugar, mostrando cuidado y atención a tus propios sentimientos, encontrarás la armonía tanto contigo mismo como con el mundo que te rodea. Permítete cometer errores, acepta no sólo tus puntos fuertes, sino también los rasgos de carácter desagradables, porque también son una parte importante de tu personalidad. Sólo cuando te valores, te sientas cómodo en tu interior, construirás relaciones armoniosas y de confianza con los demás.