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Sobrecarga de información

Qué es la sobrecarga de información

Qué es la sobrecarga de información

La sobrecarga de información es uno de los problemas más agudos de la sociedad moderna, que sigue agravándose por la digitalización generalizada de las industrias y actividades, así como por el uso creciente de las últimas tecnologías de la información y la comunicación. Significa un exceso, una cantidad excesiva de todo tipo de datos que entran en la conciencia, lo que hace que una persona sea incapaz de comprender una situación y tomar una decisión. Así, en la era digital, cada uno de nosotros tiene acceso a una increíble cantidad de conocimientos acumulados a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, a pesar de que la información se ha vuelto fácilmente disponible y producida en masa, esto tiene sus desventajas. Por ello, en psicología y ciencias sociales, la sobrecarga de información también se denomina infoxicación u obesidad informativa.

He aquí algunos de sus principales signos:

  • falta de concentración;

  • incapacidad para centrarse en una tarea específica o el llamado síndrome de la "mente errante";

  • aumento de la fatiga;

  • dificultad para comprobar la información y verificar los hechos;

  • sobreesfuerzo emocional;

  • adicción a las redes sociales.

Por regla general, la sobrecarga de información no sólo está relacionada con la cantidad de información sobre un determinado proceso o fenómeno, sino también con el exceso de información diaria. Por ejemplo, las interminables fuentes de las redes sociales, los flujos de noticias, las publicaciones periódicas de los medios de comunicación e incluso la socialización con los amigos. También se produce sobrecarga informativa con información contradictoria y falsa, datos falsos y factoides.

Curiosamente, el término "sobrecarga de información" fue utilizado por primera vez por el investigador Bertram Gross mucho antes de Internet y la digitalización generalizada. Lo mencionó en su libro "Gestión de la organización" en 1964. Sin embargo, la idea de sobrecarga de información fue popularizada por el filósofo y sociólogo Alvin Toffler en su bestseller "Shock del futuro" en 1970. Desde entonces, el concepto no ha dejado de cobrar fuerza, y la propia sobrecarga de información tiene un impacto cada vez mayor en los consumidores.

Sobrecarga de información en la comunicación: ejemplos

La denominada intoxicación de información en la comunicación se produce cuando una persona recibe más información de la que es capaz de procesar. Esto conduce a la supresión de sentimientos y emociones, y como resultado - al deterioro de la interacción, malentendidos, incapacidad para tomar una decisión, conflictos. Un ejemplo vívido de la sobrecarga de información en el ámbito de las comunicaciones puede ser una oficina moderna, donde los empleados son bombardeados con un flujo continuo de correos electrónicos, llamadas, reuniones de trabajo y encuentros. Este ritmo y la masa de datos que lo acompaña se convierten en terreno abonado para la reducción de la productividad, el agotamiento y el estrés.

La sobrecarga de información también se produce cuando recibes muchas tareas nuevas de tu supervisor. Esos grandes volúmenes de información dificultan el procesamiento, la comprensión y las acciones posteriores. La infoxicación también puede observarse en reuniones o sesiones de planificación, cuando en lugar de discutir el problema más urgente que hay que resolver, el supervisor cambia a múltiples matices, se aleja del tema de conversación y, como resultado, pierde el tiempo.

La sobrecarga de información también se produce cuando un subordinado te envía un informe largo y excesivamente detallado del que resulta difícil extraer los datos necesarios. Además, las largas conferencias científicas con numerosos participantes, sus informes y presentaciones también van acompañadas de una sobreabundancia de datos diversos y, como consecuencia, del síndrome de fatiga informativa. En resumen, la infotoxicación nos espera a cada paso, por ejemplo, estamos rodeados de una cantidad excesiva de anuncios, un flujo interminable de noticias de diversos canales de información, documentos jurídicos que contienen muchas aclaraciones y formulaciones complejas. En tales circunstancias, cada vez resulta más difícil mantener la concentración y el pensamiento consciente, estar en armonía con uno mismo y con el entorno, establecer correctamente las prioridades y tomar decisiones competentes y equilibradas.

Por lo tanto, la sobrecarga de información en la comunicación amenaza con reducir la calidad de la interacción, el deterioro de las comunicaciones interpersonales, así como conduce a malentendidos y la reducción de la concentración. Por lo tanto, un factor como la infoxicación es de suma importancia en cualquier comunicación.

Causas de la sobrecarga de información

Causas de la sobrecarga de información

En la época en que los investigadores Gross y Toffler escribieron sobre la sobrecarga de información, este fenómeno afectaba principalmente a científicos y otros especialistas que trabajaban con grandes cantidades de datos. Pero a finales del siglo pasado, el problema de la intoxicación informativa afectaba a casi todo el mundo. Según las estadísticas de la plataforma digital OpenText, cerca del 80% de las personas de todo el mundo sufren sobrecarga de información. Al mismo tiempo, la cantidad de datos sigue creciendo rápidamente y, según el informe de Statista, en 2025 la cantidad de datos alcanzará los 180 zettabytes.

Los siguientes factores han provocado esta sobreabundancia mundial de información:

  • La disponibilidad de cualquier información. Prácticamente no hay límites para los usuarios de Internet. Si se desea, es posible encontrar información privada, datos secretos, material científico y muchas otras informaciones que antes eran inaccesibles para los no iniciados. Al mismo tiempo, ni siquiera es necesario hacer esfuerzos especiales, por ejemplo, visitar la biblioteca, buscar libros raros, leer diccionarios. Esto crea pasividad, que conduce a un consumo de información sin sentido.

  • Cantidad creciente de datos. Por regla general, cuanta más información consumimos, más rápido dejamos de analizarla, comprobarla y pensar críticamente sobre ella. Hoy en día, la mayoría de los consumidores siguen inconscientemente la aparición de nueva información, pero no piensan en su significado, porque son físicamente incapaces de procesar este cúmulo de información.

  • La aparición de nuevos canales de comunicación. Se trata de diversos mensajeros, redes sociales, canales de televisión y emisoras de radio. Además, el correo electrónico, el teléfono y la comunicación en la vida real no han desaparecido. Cambiamos constantemente de un canal de comunicación a otro, lo que afecta a nuestra productividad y requiere cada vez más tiempo de descanso.

  • Multitarea. Trabajar en paralelo en varias cosas a la vez se ha hecho posible gracias a la aparición de distintos canales de comunicación. Por ejemplo, podemos ver la televisión y consultar el correo electrónico, hacer las tareas domésticas y chatear en messengers al mismo tiempo. Esto, a su vez, provoca una sobrecarga de información.

  • Consumo de noticias. Los investigadores de la comunicación moderna coinciden en que es el trasfondo informativo el que contribuye a la sobrecarga de información y a la reducción de la concentración y la productividad durante el día.

De hecho, hay muchas más causas de intoxicación informativa. Por extraño que parezca, el acceso constante y rápido a cursos en línea, conocimientos y habilidades adicionales también se considera el factor más importante de la sobrecarga. El gran número de plataformas educativas y la posibilidad de complementar los propios conocimientos las veinticuatro horas del día provocan una sensación de fatiga. Además, la sobrecarga de información también se produce si se trata el aprendizaje, el proceso de adquisición de nuevas habilidades y la superación personal como una actividad de ocio. Pero es tanto como trabajar. Por ejemplo, como limpiar la casa, sobre todo si no te resulta tan fácil. Así que no olvides dedicar tiempo al ocio y al autocuidado.

Por qué es un problema la sobrecarga de información: consecuencias de la infoxicación

La sobrecarga de información es ya un factor inevitable en la sociedad moderna, que provoca una disminución de la capacidad de trabajo y de la eficacia laboral, fatiga rápida y ansiedad. Otras consecuencias de la sobrecarga son

  • Deterioro de la memoria y la atención;

  • Alteración de la concentración;

  • Reducción de la productividad;

  • Agotamiento profesional;

  • Aumento de la ansiedad, la tensión y el riesgo de estrés crónico;

  • Problemas de salud física, trastornos del sueño y de la alimentación.

En otras palabras, intentar hacer frente a flujos de información cada vez mayores provoca problemas tanto mentales como físicos. Al mismo tiempo, nuestra dependencia de los dispositivos y las nuevas tecnologías es cada vez mayor, lo que agrava las ya importantes consecuencias de la sobrecarga de información.

Como resultado, una persona sobrecargada de información se vuelve más irritable e irascible. Además, no siempre es capaz de controlar sus acciones y reaccionar conscientemente ante factores externos. Todo esto se denomina síntomas vívidos del síndrome de fatiga informativa, una afección psicológica que conduce a evaluaciones incorrectas de la realidad, inferencias falsas y toma de decisiones erróneas. Una cantidad excesiva de información nueva, pero no siempre importante y útil, conduce a la llamada "parálisis analítica", es decir, un estado en el que una persona tiene muchos conocimientos, pero es incapaz de aplicarlos en la práctica. Por lo tanto, es especialmente importante saber cómo evitar la sobrecarga de información para estar siempre en contacto con la realidad.

Cómo evitar la sobrecarga de información

Cómo evitar la sobrecarga de información

Es casi imposible evitar por completo la sobrecarga de información. Para ello, hay que aislarse de la sociedad, eliminar las redes sociales, negarse a leer las noticias y a ver programas de televisión. Tienes que admitir que hay demasiadas restricciones que reducen significativamente nuestra calidad de vida. Por eso, la mejor forma de evitar la sobrecarga de información es la prevención periódica. Sé consciente de tu rutina diaria y sigue las recomendaciones:

  1. Practica la desintoxicación digital

Acostúmbrate a pasar al menos un día a la semana sin dispositivos ni ninguna otra fuente de información. Por ejemplo, haz una dieta digital en tu día libre. Ese día, no mires las redes sociales, no consultes el correo electrónico, olvídate de las noticias y de todo tipo de distracciones. Para asegurarte de que nada te perturba ni te hace estallar, vete al campo y haz un picnic, sin llevarte deliberadamente tus dispositivos digitales. También puedes hacer deporte, dedicar tiempo a leer un libro que ha estado cogiendo polvo en la estantería esperando a ser leído, o cualquier otra afición que no implique dispositivos tecnológicos. Así que si tu afición son los juegos de ordenador, también deberías dejarlos para otro día.

  1. Practica la gestión del tiempo

Es el nombre que recibe una estrategia específica para mejorar la eficacia personal, que consiste en organizar y programar el tiempo para maximizar el rendimiento y la productividad. La gestión del tiempo incluye muchas herramientas, técnicas y prácticas diferentes para gestionar sus recursos. Por ejemplo, si estás con demasiado trabajo, pero no tienes claro qué hacer primero, debes asignar las tareas de forma competente. Para ello te ayudará la matriz de Eisenhower, con la que podrás determinar fácilmente qué tareas son más urgentes e importantes, y cuáles pueden hacerse más tarde. No menos popular y eficaz es el "método de la rana": el coach empresarial Brian Tracy sugiere realizar primero la tarea más difícil y luego pasar a otras más sencillas, es decir, "comerse una rana por la mañana". Al fin y al cabo, por la mañana el cerebro está menos cargado de información, así que se puede hacer frente a una tarea difícil mucho más rápida y fácilmente. Otra técnica se llama "1-3-5" o "El principio de las nueve cosas". Según este principio, a lo largo del día debes resolver un caso grande, tres medianos y cinco pequeños. Este número y proporción de casos te ayudará a evitar la sobrecarga de información, a no distraerte con factores externos y a pasar el día de forma productiva.

  1. Olvídate de la multitarea

La multitarea es la tendencia de una persona a hacer varias tareas a la vez o a pasar rápidamente de una a otra. A primera vista, puede parecer razonable, porque si haces varias cosas a la vez, puedes gestionarlas más rápidamente. Pero, en realidad, corremos el riesgo de ser víctimas de la sobrecarga de información y el agotamiento. Nuestro cerebro está organizado de tal manera que sólo puede concentrarse en una cosa. Los científicos llevan tiempo demostrando que cuando una persona hace varias cosas a la vez, la calidad de su realización se resiente. En este caso, cuantas más tareas resuelvas en el momento, peor será el resultado. Por lo tanto, intenta hacer una sola cosa en un periodo de tiempo determinado. De este modo, la afrontarás con mayor rapidez y eficacia; de lo contrario, la productividad sólo se verá afectada y experimentarás no sólo el síndrome de fatiga informativa, sino también de fatiga física.

  1. Aprende a priorizar

Para no ahogarte en un mar de tareas, sino gastar tus recursos sabiamente, debes aprender a priorizar. Distribuye las tareas diarias según su importancia y valor. Créeme, apenas hay lugar para navegar sin sentido por Internet, hojear las redes sociales u otras actividades que contribuyen a la intoxicación informativa. La prevención de la sobrecarga implica un rechazo total del llamado "chicle digital", es decir, información inútil consumida inconscientemente.

  1. Alterna el trabajo intelectual con la actividad física

Intenta dar paseos regulares, mantener un estilo de vida saludable, ir al gimnasio o a la piscina. En otras palabras, es necesario cargar no sólo nuestro cerebro consumiendo y produciendo más información, sino también combinarlo con distintos tipos de actividad física. ¡El ejercicio aeróbico elemental o los ejercicios de coordinación seguro que servirán de mucho!

Cómo hacer frente a la sobrecarga de información

Cómo hacer frente a la sobrecarga de información

Pero, ¿qué hacer si la sobrecarga de información ya se ha producido y sentimos sus efectos? Hay varias maneras de hacer frente a la sobrecarga de información:

  1. Limita las fuentes de información que recibes

Fíjate bien a qué canales, grupos y comunidades estás suscrito en todas las redes sociales. No es necesario seguir a decenas de medios de comunicación o blogueros para estar al día de la actualidad. Es más sensato elegir unas pocas fuentes de calidad y confianza a las que suscribirse. No dudes en darte de baja de aquellas que ya no sean una autoridad para ti, en las que ya no confíes o con cuyas opiniones no estés de acuerdo. Esto te permitirá eliminar distracciones, evitar el ruido informativo y centrar tu atención únicamente en la información que te parece importante e interesante.

  1. Elimina las distracciones

Es importante poner límites y eliminar todos los estímulos externos que interfieran con tus actividades. Por ejemplo, desactiva las notificaciones de mensajería y correo electrónico, o mejor aún, pon tu teléfono en modo "No molestar" durante un periodo de tiempo determinado. Esto te ayudará a desconectar del mundo exterior, a emplear tu tiempo de forma productiva y consciente, y a evitar la sobrecarga de información.

  1. Sistematiza tus datos

Intenta gestionar tus datos, por ejemplo, no dejando decenas de pestañas abiertas en tu navegador, sino añadiendo sitios de interés a tus marcadores. Las aplicaciones para tomar notas y los blocs de notas en línea pueden ayudarte a organizar sus datos resaltando las partes más importantes y clave de los mismos. Esto te ayudará a procesar la información más rápidamente y, en el futuro, podrás priorizar y utilizar eficazmente las distintas técnicas de gestión del tiempo mencionadas anteriormente.

  1. Utiliza el método de agrupación de tareas

Consiste en combinar tareas similares en una serie determinada y realizarlas una tras otra. Este método te ayuda a hacer las cosas más rápido y a evitar perder el tiempo. Por ejemplo, la agrupación puede hacerse por tipo de actividad, estado de importancia y complejidad, tiempo, lugar, etc. Así, en lugar de asignar diez minutos a consultar el correo electrónico, es mejor destinar una hora entera a todo tipo de comunicación en línea. Esto minimizará las distracciones, reducirá el consumo pasivo de datos y aumentará la eficiencia personal.

  1. No te olvides de las técnicas de mindfulness

El mindfulness es una práctica eficaz para entrenar la atención y la conciencia plena. Desarrollar una mentalidad de atención plena evitará el consumo pasivo de datos, así como la fatiga informativa y el síndrome de infotoxicación. La mejor manera de iniciarse en la práctica del mindfulness es leer literatura sobre el tema, como por ejemplo el libro "Atrapa el pez dorado: Meditación, conciencia y creatividad", de David Lynch. En él, el famoso director explica cómo la técnica única de la meditación trascendental le ayuda a encontrar ideas valiosas en las profundidades de la conciencia y hacerlas realidad. Por cierto, es la meditación la que te permitirá desarrollar la atención plena, encontrar la armonía contigo mismo y con el mundo exterior, evitar la sobrecarga de información y el consumo inconsciente de la misma. Así, en el libro "Buda, el cerebro y la neurofisiología de la felicidad. Cómo cambiar tu vida a mejor" se describe una técnica de meditación para investigar y corregir la propia conciencia. Su autor, Yonge Mingyur Rinpoche, habla de la formación de hábitos negativos y revela a los lectores varias formas de deshacerse de ellos. Recuerda que tales hábitos incluyen la pasividad a la hora de aceptar nueva información.

Conclusiones

No es posible evitar por completo la sobrecarga de información. Esto se debe al desarrollo de la sociedad, a la aparición regular de las últimas tecnologías y medios de comunicación, a la digitalización de la vida. Lo único que podemos hacer para protegernos de la infotoxicación es seguir todas las recomendaciones anteriores y minimizar así las consecuencias y el impacto de la sobrecarga en nuestro organismo. Intenta adoptar un enfoque consciente no sólo de tu actividad profesional, sino también de tu vida personal, observa el equilibrio entre la vida laboral y personal y utiliza técnicas de gestión del tiempo. Esto te ayudará a hacer frente a los sentimientos de depresión, tensión e incapacidad para concentrarse. El consumo consciente de información y las restricciones razonables, como la desintoxicación digital, te ayudarán a deshacerte de los síntomas de la fatiga informativa, aumentar tu productividad y eficiencia personal.

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