¿Te has fijado alguna vez con qué agilidad las personas seguras afrontan cualquier situación?
Como si supieran hacerlo todo o tuvieran años de experiencia detrás, aunque lo estuvieran haciendo por primera vez. Pero he aquí la paradoja: tienen confianza no porque sea cierto en absoluto, sino simplemente porque sí, a priori. Porque donde hay confianza, hay eficiencia. Es decir, funciona en ambos sentidos. La confianza profesional permite evaluar riesgos y oportunidades de manera racional, ayuda a mantener la concentración y previene el estrés que, a su vez, es el mayor culpable de la pérdida de productividad.
La mayoría de las personas adquieren la confianza profesional sin darse cuenta: con la experiencia y el tiempo que han pasado en el trabajo. Pero cuando cambian de trabajo… La mayoría se olvida del camino que han hecho y de las habilidades aprendidas y se vuelven novatos otra vez. ¿Cómo volver a ganar esa confianza profesional y empezar a sentirse tan cómodo en el trabajo nuevo como en el anterior rápidamente?
Por qué nos sentimos inseguros en un trabajo nuevo
Como ya se ha mencionado, tener confianza profesional permite al especialista realizar su trabajo de manera correcta y eficiente, enfocándose en las tareas laborales. Pero si el especialista no está seguro de sí mismo, desplaza el enfoque del trabajo a sí mismo, lo cual solo aumenta la probabilidad de cometer un error y le hace sentirse más incómodo todavía. Sin embargo, en un trabajo nuevo es totalmente natural: es parte del proceso de adaptación.
En total hay cinco etapas de adaptación:
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Estrés inicial. Paradójicamente, el proceso de adaptación al nuevo trabajo empieza mucho antes del primer día de trabajo, en el momento de planificar una entrevista. La persona investiga sobre la nueva empresa, "se prueba" el nuevo papel, analiza y predice. Al mismo tiempo, se desencadena una reacción a los cambios: aumenta la tensión emocional que puede quebrantar la confianza que había, ya que las emociones suprimen el componente racional. En la terapia Gestalt, esta etapa se llama "precontacto".
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Orientación. Esta etapa empieza en la entrevista. La persona conoce las futuras tareas, el salario, las condiciones de trabajo, el horario, etc. En el proceso, trata de recopilar la mayor cantidad posible de información sobre el nuevo trabajo para prepararse antes de empezar.
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Preparación interior e inicio de cambios. El empleado llega por primera vez a la oficina e intenta poner en práctica la información que ha recopilado en la etapa anterior. En ese mismo momento el empleado empieza a ajustarse a las expectativas del empleador y los compañeros, las funciones cognitivas se ponen a tope, los patrones habituales se modifican, aprende nuevas técnicas y herramientas de trabajo. Es la etapa de adaptación más larga durante la cual la confianza suele reducirse a cero.
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Optimización de los cambios. La persona ya está más o menos acostumbrada al nuevo trabajo y maneja los procesos laborales. En esta etapa intenta perfeccionarlos o hacerlos más cómodos, ajustarlos y optimizarlos. La confianza poco a poco va volviendo al empleado a medida que empieza a no solo seguir las reglas, sino también a gestionarlas por su cuenta.
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Interacción productiva. El empleado se siente parte de la empresa con pleno derecho, empieza a identificarse con ella y por fin finaliza el proceso de adaptación. Su confianza alcanza el mismo nivel que había en el trabajo anterior y empieza una colaboración fructífera.
Estas etapas varían de una persona a otra con algunas diferencias en cuanto a la duración, intensidad o la manifestación. La falta de confianza también se manifiesta de diferente manera en cada persona: algunos se vuelven más despistados, otros, más agresivos, y otros lloran sin parar o echan de menos el trabajo anterior.
¿Cuánto dura esa inseguridad en promedio? Según las estadísticas, un 91% de los empleados necesitan de 2 a 3 meses para acostumbrarse al nuevo trabajo y dejar de estresarse. Pero otros necesitan tan solo un par de semanas. Los primeros 90 días se consideran los más difíciles y los denominan también período de orientación y reevaluación. Adaptarse al puesto y dominar por completo las nuevas tareas lleva hasta 6 meses (puede que incluso más, dependiendo de la complejidad técnica del trabajo). Sin embargo, sentirse con confianza reduce todos esos periodos al menos a la mitad y permite adaptarse a la empresa mucho más rápido.
9 métodos para tener más confianza en el trabajo
Para no esperar cuando termine la adaptación y adquirir confianza, aunque seas novato de verdad y este sea el primer trabajo de tu vida, te aconsejamos lo siguiente:
1. Identifica y pon nombre a tus miedos
Uno tiene menos miedo cuando sabe a qué teme exactamente, ¿verdad? Es muy frecuente que en el periodo de inseguridad (es decir, en la tercera y la cuarta etapa de adaptación) surgen los siguientes miedos que desencadenan la falta de confianza profesional:
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Miedo a equivocarse y ser evaluado negativamente.
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Miedo al rechazo o crítica de un oponente (compañero, cliente, jefe).
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Miedo al despido o a decepcionar a los demás.
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Miedo a perder la reputación, autoridad o imagen.
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Miedo a la soledad y aislamiento social.
Intenta averiguar qué te da miedo y evalúa si son racionales y reales esos miedos. En psicoterapia, esto se denomina distorsión cognitiva: son pensamientos, estereotipos y creencias que no tienen nada que ver con la realidad. En otras palabras, son ideas equivocadas sobre uno mismo, el mundo o una situación. Por ejemplo, si te da miedo que al final no estás a la altura de ese trabajo, acuérdate que has pasado una entrevista con éxito que seguramente habían pasado muchos candidatos más aparte de ti. Si tienes miedo de cometer un error, recuerda cómo te equivocaste antes (¡probablemente lo hiciste!) cuando estudiabas o trabajabas en tu último empleo, y qué pasó después. ¿Fue un desastre? También puede ayudar a superar miedos enumerar tus logros y éxitos. Es decir, apela a la experiencia real y personal, y no a los presentimientos u opiniones ajenas.
2. Desarrolla relaciones con los compañeros
Unas buenas relaciones en el equipo son un buen apoyo moral. De este modo, siempre sabrás que tienes a quien pedir ayuda, consejo u ofrecer comer juntos y distraerse un poco. Además, las relaciones positivas en el equipo fomentan un ambiente favorable y ayudan a sentirse a gusto, especialmente si todo el mundo trabaja en el mismo espacio e interactúa continuamente.
Al mismo tiempo, no es necesario en absoluto relacionarse con todos a la vez. Prueba elegir a un par de personas que sean más afines contigo en cuanto al tipo de actividad, temperamento o carácter, y gana su confianza. Eso sí, no debes abusar de ellos pidiendo todo el tiempo ayuda o intentando convertirse de compañeros a amigos a propósito. Tu objetivo es conseguir un ambiente favorable y un apoyo profesional. Sería excelente si te encontraras a un mentor, o hasta podrías pedírselo directamente a tu jefe.
3. Prepárate un poco mejor que antes
Estar preparado siempre te hará sentir más seguro. Al principio, procura prepararte para todo, especialmente antes de realizar tareas tan importantes como reuniones o firmas de contrato, de las que dependen directamente tus KPIs o relaciones con compañeros. NO escatimes tiempo ni seas vago. Por ejemplo, despiértate antes para volver a revisar los documentos o ensayar tu presentación. La confianza que ganarás así definitivamente valdrá la energía y el tiempo adicionales que vas a dedicarle.
4. Ten unas expectativas y unos objetivos realistas
Nuestra inseguridad va a más cuando descubrimos que no alcanzamos nuestros propios ideales. No te puedes exigir la misma productividad que tus compañeros que tienen más experiencia si apenas acabas de empezar en un puesto nuevo y es la primera vez que haces una tarea. Evalúa adecuadamente el nivel de dificultad y novedad de la tarea, así como tus propias habilidades. Ten paciencia contigo mismo: al fin y al cabo, eres realmente nuevo en esto.
5. Define tu objetivo y tu valor profesional
Comprenderte a ti mismo, tus objetivos y prioridades te dará estabilidad interior. Entonces, pase lo que pase alrededor, siempre sabrás a qué aspiras y por qué trabajas en tu empresa. Es decir, tener un objetivo ayuda a tener más confianza. Prueba aplicar el método SMART para fijar objetivos y luego define tu ventaja competitiva (lo que te hace diferente de los demás empleados) y revisa tus fortalezas y debilidades. Para adquirir confianza en sí mismo, hay que potenciar las fortalezas y compensar las debilidades. Justo el siguiente punto te va a ayudar en esto.
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6. Fórmate
Cuanto mejor domines tus destrezas, más fácil te será usarlas en el trabajo y, por ende, más confianza tendrás. Mejorando tu nivel de capacitación y ampliando la variedad de herramientas que sabes usar, al mismo tiempo mejorarás tu eficiencia. Piensa qué nuevas habilidades te pueden venir bien en el trabajo, busca webinars, clases o cursos educativos apropiados. Así, con Lectera puedes estudiar online sin tener que dejar tu actividad principal y sin estrés. Una opción acertada es mejorar tus habilidades blandas (soft skills), ya que potencian cualquier habilidad profesional y los empleadores las valoran mucho.
7. Cuida tu aspecto
Fíjate qué aspecto tienen las personas seguras de sí mismas. Siempre están arregladas, vestidas a la perfección y siguen un estilo único incluso si éste tiene que estar ajustado a una cultura corporativa o código de vestimenta. Ahora piensa, ¿qué ropa te hace sentir cómodo y seguro? ¿Cómo te imaginas cuando piensas que eres un especialista superseguro de sí mismo? Prueba estilos diferentes y experimenta. Pero, lo más importante, asegúrate siempre de tener un aspecto aseado. Pelo bien cortado, calzado limpio, uñas y cara cuidadas y accesorios (independientemente de si son caros o no) siempre hacen que la persona se vea con más confianza.
8. Demuestra al menos una vez lo que sabes y puedes hacer
A pesar de que en el nuevo trabajo seguramente te exijan hacer tareas y tener habilidades totalmente nuevas, siempre puedes encontrar dónde aplicar lo que ya sabes hacer o usar. Por ejemplo, dominas a la perfección un programa que en la nueva empresa ni siquiera conocen. Muéstralo al jefe o compañeros y propón empezar a usarlo o enséñales a hacer algo que ya sabes. En base a tus conocimientos antiguos, también puedes proponer nuevos proyectos, enfoques y herramientas. Recuerda que no solo tú necesitas a la empresa, la empresa también te necesita a ti. Si te han contratado con la experiencia actual, entonces también es valorable.
9. Sigue reuniendo información
No en vano se dice: quien posee la información, posee el mundo. En el trabajo, no es solo la clave para ascender, sino también para estar tranquilo. Lo ideal es que estudiaras a la empresa de arriba abajo incluso antes de la entrevista, pero tampoco debes parar aquí. Conoce mejor a tu jefe, historia de la empresa, estructura de la oficina y el edificio, departamentos vecinos y procesos empresariales (incluso los que no tienen que ver contigo directamente). Mantente al día de los acontecimientos no solo dentro de la empresa, sino también fuera de ella. Para eso también debes seguir las tendencias del mercado y las noticias de tu nicho: adelántate a los hechos.
La confianza profesional siempre llega con la experiencia, tiempo y comprensión de que todos somos humanos. Equivocarse es natural. Tardar en acostumbrarse a condiciones nuevas, enfrentarse a los problemas o estrés, también. Es importante ver con claridad el objetivo, tus posibilidades y ventajas, y tampoco olvidarse de que tarde o temprano el proceso de adaptación terminará y el nuevo trabajo será viejo, cómodo y familiar. ¡Ante todo, ten paciencia contigo mismo!