Mucha gente probó el formato de trabajo remoto por primera vez durante la pandemia, en 2020.
En aquel momento los empleadores y los propios trabajadores se lo tomaron de manera ambigua, pero con el tiempo muchos de ellos se acostumbraron tanto a trabajar así, que siguieron teletrabajando incluso cuando se acabaron las "indicaciones epidemiológicas". Todo el mundo apreció las ventajas de ese formato, como por ejemplo, reducción de costos de alquiler, ahorro de energía y tiempo para llegar al trabajo, disminución del estrés y muchas otras. Sin embargo, no todos estaban preparados para las desventajas del trabajo a distancia cuando éstas se dieron a conocer, lo cual no ocurrió de inmediato.
Los peligros del trabajo remoto: desventajas y riesgos
Según los datos del foro anónimo Blind, entre 73% y 81% de los empleados de empresas informáticas estadounidenses, que teletrabajaron desde el inicio de la pandemia, experimentaron agotamiento emocional después de unos meses de trabajo, lo que provocó una disminución significativa del rendimiento y, como resultado, de las ganancias totales de la empresa. Ese agotamiento surgió por varias razones que seguramente conoces si trabajas a distancia y has decidido leer este artículo.
1. Teletrabajando no puedes parar y dejar de trabajar
Contrariamente a los mitos populares sobre los teletrabajadores vagos que no salen de la cama si se les presenta la oportunidad de trabajar desde casa, muestran una productividad mucho mayor que los empleados que trabajan desde la oficina. Así, según un estudio de la Universidad de Stanford, solo un tercio de los trabajadores remotos no trabajan los fines de semana, un 20% trabajan más de diez horas al día, y un 70% han trabajado al menos una vez por la noche. Por supuesto que es una noticia excelente para los empleadores, pero no a largo plazo, porque la proactividad permanece alta solo hasta que aparezca el mencionado agotamiento.
En la oficina, la carga se distribuye de manera más equitativa por varias razones: en primer lugar, en la oficina hay un horario claro, mientras que trabajando a distancia, el horario es flexible y la interacción con el director se basa estrictamente en los resultados, no se suele comunicar durante el proceso. En segundo lugar, los empleados trabajan imitando a sus compañeros, por eso se adaptan a un ritmo general y se detiene cuando los demás paran. En privado, el especialista puede sentir que se está quedando atrás, que no hace lo suficiente, porque no tiene oportunidad de comparar sus progresos con los de los demás. Como resultado, crecen los miedos (por ejemplo, el miedo a ser despedido) y la adicción al trabajo se convierte en un mecanismo de defensa de la mente.
2. Se borran los límites entre el trabajo y la vida personal
Esta causa de agotamiento está relacionada mucho con la anterior, porque el empleado empieza a trabajar los fines de semana o por la noche: justo cuando desaparecen los límites entre el trabajo y la vida personal. Vives en casa y trabajas en casa, ya no dejas la oficina como antes, es decir, es como si el trabajo no se acabara nunca. Otro extremo de este problema es la procrastinación, es decir, cuando una persona se distrae todo el tiempo por las tareas domésticas o las hace al mismo tiempo que las tareas laborales, por lo que ambas cosas se alargan en el tiempo y al final se convierten en un único proceso ineficaz.
3. Falta de socialización y déficit de comunicación
La necesidad de formar parte de la sociedad es básica, la tienen incluso las personas introvertidas. Pero en el trabajo remoto, los contactos con los compañeros y directores se reducen al mínimo y se limitan a algún correo electrónico de trabajo o una reunión online. Durante la pandemia por coronavirus, cuando había cuarentena social, es decir, cuando estaba prohibido visitar sitios públicos, la gente se quedó en un aislamiento total, encerrada entre cuatro paredes. El sentimiento continuo de soledad conduce inevitablemente a trastornos por ansiedad y depresión, sin mencionar que la falta de comunicación directa también puede crear problemas en el trabajo si se necesita una comunicación estrecha entre los departamentos o hacer un trabajo en equipo.
4. Desaparece el sentimiento de pertenencia a la empresa
Lejos de los compañeros y la oficina, es difícil sentirse parte del equipo y la empresa, por lo que se reduce el nivel de compromiso, y la cultura corporativa junto con su ideología se mueren. Al mismo tiempo, el empleado puede perder el sentimiento de responsabilidad por el resultado, porque ya no le preocupa el futuro de la empresa y deja de pensar que su papel es importante en su funcionamiento.
5. Predomina el sedentarismo
Otra de las consecuencias y desventajas del trabajo remoto es la disminución de la actividad física: ya no tienes que ir a la oficina, es decir, ya no necesitas salir de casa. Al mismo tiempo, pasas más tiempo delante del ordenador, lo cual perjudica gravemente la salud, sobre todo la vista y el sistema musculoesquelético. Por la misma razón puede aparecer apatía, sensación de letargo y somnolencia, lo que dificulta más el trabajo.
Cómo combatir las desventajas del trabajo remoto y convertirlas en ventajas
Afortunadamente, todos estos problemas del trabajo a distancia se pueden solucionar sin tener que volver a la oficina.
Diversifica la actividad física
Trabajar desde casa no quiere decir que ya no tienes que salir de ella. Empieza a volver a la actividad física poco a poco y haciendo lo que te resulte más agradable: pasea todas las tardes cerca de casa, ve al supermercado caminando en vez de pedir la compra a domicilio, practica algún deporte, compra unas mancuernas para hacer ejercicio, prueba a hacer yoga con videos de YouTube, etc. La actividad física influye positivamente en la salud mental y ayuda a aumentar los niveles de energía y reducir el estrés, que al final se va acumulando aunque trabajes a distancia.
Fija un horario de trabajo
Una de las ventajas del trabajo remoto es que el empleador suele permitir trabajar en el horario que le venga bien al empleado: lo importante es realizar las tareas bien y a tiempo. Sin embargo, por esta razón, surge la tentación de estirar las tareas durante todo el día. De ahí el estrés, la procrastinación (o al revés, adicción al trabajo), límites difusos y todo lo demás que he mencionado anteriormente. Esto no quiere decir que tienes que despertarte y ponerte a trabajar a las 8 de la mañana si te puedes permitir no hacerlo, pero fija un horario laboral con unos límites más o menos rígidos. Por ejemplo, trabajas en horario contínuo de 11:00 a 17:00 y la última tarea se debe de hacer como muy tarde a las 18. ¿No te dio tiempo? Entonces lo trasladas al día siguiente, porque tu jornada ha terminado. Lo importante es que no te hagas concesiones y sigas las reglas que te has establecido.
Toma descansos regulares
Pequeños descansos en el trabajo permiten que el cerebro "se reinicie" y sustituyen perfectamente un descanso largo que no siempre se puede permitir. Seguramente en la oficina te solías distraer del trabajo de vez en cuando. Lo importante es que durante los descansos no te pongas a hacer otro tipo de trabajo, por ejemplo, las tareas domésticas. En vez de eso, pasea por la casa, pasea con tu mascota, mira por la ventana o prepárate un té. En este caso también es mejor que los descansos tengan cierto horario: así se refuerza la disciplina.
Planifica las tareas y sigue los progresos
Una de las cosas más importantes en el trabajo remoto para no terminar agotado y quemado es la planificación y seguimiento de los progresos. Se puede hacer de diferentes maneras, por ejemplo, con ayuda de un tablero y post-its (notas adhesivas). Divídelo en dos columnas: "Tareas en curso" y "Tareas realizadas" y mueve los post-its con las tareas apuntadas entre ellas. Es importante no quitar las pegatinas de la columna de "realizadas" para ver el progreso y los logros. También te puede valer una simple agenda con rotuladores de colores donde vayas marcando las tareas realizadas en amarillo o rosa.
Crea un lugar de trabajo
Para solucionar el problema de los límites difusos entre el trabajo y la vida personal, te ayudará crear un lugar destinado exclusivamente al trabajo. Está claro que no siempre es fácil hacerlo, sobre todo si tu piso es pequeño y compartes el espacio con toda la familia. Sin embargo, debes intentarlo de todas formas: limpia el escritorio de cosas innecesarias, muévelo a una esquina y pon una mampara, por ejemplo. Crea ciertas condiciones de trabajo que siempre deberás cumplir. Puede tratarse de velas aromáticas (su olor te sintonizará al trabajo) o de tu aspecto. Puedes trabajar siempre de camisa blanca y pantalón incluso si nadie te ve. En cuanto te quites esa ropa, la jornada ha terminado.
Crea informes y registra acuerdos
Pequeños informes diarios o semanales sobre el trabajo realizado te ayudarán a hacer un seguimiento del proceso por tu cuenta, así como mantener una comunicación productiva con los compañeros si necesitas compartir esos informes. También registra en un documento compartido con los compañeros quién es responsable de cada tarea o quién prometió enviar/hacer/averiguar algo. Esto ayudará a evitar malentendidos y lagunas de información que surgen inevitablemente cuando las partes del equipo se encuentran en diferentes lugares.
Pasa más tiempo con amigos y tus seres queridos
Si te falta comunicación y vida social real, entonces puedes compensar esa falta gracias a las amistades y relaciones familiares más que con relaciones laborales. Por ejemplo:
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queda con amigos al menos una vez a la semana, cuando tengas días libres;
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busca un hobby que se practica en grupo, por ejemplo, pintura al óleo o fitness (y al mismo tiempo harás ejercicio);
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asiste a talleres o conferencias relacionadas con tu profesión, de esta manera ampliarás tu contactos empresariales si los necesitaras;
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acude a un psicólogo si este tipo de medidas te ayuda y sientes síntomas más graves provocados por la soledad, como ansiedad o depresión.
Proporciona asistencia técnica para ti y tu equipo
Con las plataformas y aplicaciones en la nube como, por ejemplo, Trello, la calidad de la comunicación remota se multiplica. Pide a tu jefe (si no lo eres tú mismo) que te proporcione acceso a plataformas y tecnologías necesarias para trabajo remoto en equipo. Todo el mundo tendrá acceso a los mismos archivos, las tareas que esté realizando otro compañero se podrán seguir en tiempo real, el trabajo será transparente y el tiempo dedicado a la correspondencia y aclaración de los detalles se reducirá considerablemente.
A pesar de que a veces el trabajo remoto conlleva una serie de problemas y riesgos, sus ventajas son innegables. Si no quieres renunciar a ellas ni seguir yendo a la oficina en la otra punta de la ciudad, entonces es mucho más fácil remediar los problemas del trabajo remoto incluso por tu propia cuenta. La autodisciplina y el pensamiento estratégico son primordiales en este caso: si los desarrollas, ¡el trabajo a distancia será un paraíso!