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Ley de Parkinson

Ley de Parkinson

Qué es la ley de Parkinson

La ley de Parkinson puede denominarse como varios axiomas, que significan lo siguiente: el trabajo se extenderá hasta que no ocupe todo el tiempo asignado para él. En otras palabras, cuanto más tiempo se asigna a una tarea, más difícil le resulta a una persona realizarla. En este caso, la preparación para llevar a cabo una determinada tarea se retrasa, y todo el proceso de trabajo se vuelve mucho más lento, lo que puede acarrear el coste de recursos adicionales, incluso problemas financieros para la empresa.

En 1955, cuando el historiador y periodista británico Cyril Northcote Parkinson publicó por primera vez sus argumentos en The Economist, la gente no le tomó en serio e incluso se rió de él. Sólo décadas más tarde la sociedad se dio cuenta de la relevancia de su trabajo. De hecho, aunque las leyes de Parkinson no son principios científicos, controlan en gran medida la vida social moderna.

En total, Parkinson dedujo tres leyes, basándolas en observaciones del trabajo de las agencias gubernamentales británicas.

Más información sobre cada una de las leyes de Párkinson

La primera ley se refiere a la cantidad total de trabajo, que siempre dependerá del tiempo asignado. Parkinson afirma que cuanto más tiempo se disponga para una tarea, más tiempo se trabajará en ella, por pequeña que sea. Esto se debe en gran medida a la reticencia a recibir una nueva tarea, ya que en cuanto se termina un trabajo, inmediatamente le sigue otro. Así, aunque una persona se enfrente a una tarea fácil, le dedicará todo el tiempo asignado. Por lo tanto, la procrastinación desempeña un papel clave en este caso.

Mientras tanto, la segunda ley de Parkinson afirma que nuestros gastos siempre aumentarán en función de los ingresos. Cuanto más gastemos, más ganaremos. También funciona a la inversa: a medida que aumentan los ingresos, también lo hacen los gastos, ya que es necesario mantener un cierto nivel de vida.

La tercera ley refleja la teoría filosófica y suena así: el crecimiento lleva a la complejidad, y la complejidad es el final del camino. Es decir, después de haber alcanzado la cima o la perfección en algo, inevitablemente declinarás. En otras palabras, a cualquier éxito le sigue el fracaso, y a la victoria, la derrota. Esta es también una ley fundamental de Parkinson.

La ley de Parkinson de la trivialidad

La ley de Parkinson de la trivialidad

Normalmente, la gente habla de las leyes de Parkinson en el contexto de la productividad personal, pero estos principios se manifiestan más claramente en las actividades de grupo. Así, la ley de Parkinson de la trivialidad afirma que, cuando se trabaja en equipo, los empleados tienden a dedicar demasiado tiempo y atención a las cuestiones más básicas y triviales. La razón radica en el fenómeno psicológico denominado "ociosidad social".

La ociosidad social se produce cuando las personas que trabajan en grupo en una tarea común se esfuerzan menos debido a la responsabilidad colectiva por el resultado que cuando dirigen proyectos individuales, siendo los únicos responsables de ellos. En pocas palabras, la responsabilidad personal disminuye cuando se comparte entre numerosos participantes. Además, la ociosidad social se caracteriza por un sentimiento de injusticia en el reparto de tareas en un equipo y la creencia de que los compañeros no se esfuerzan mucho, lo que reduce la productividad de todo el grupo y, en consecuencia, las ganancias. Es debido a la ociosidad social que funciona la ley de la trivialidad de Parkinson (incluso se podría decir que son sinónimos en la práctica).

Ejemplos de la ley de Parkinson

Para explicar cómo funcionan sus leyes, Parkinson puso el siguiente ejemplo.

Si una anciana en su tiempo libre decidiera enviar una postal a su sobrina, tardaría todo el día en hacerlo. Tardaría una hora en encontrar la postal y otra hora en encontrar las gafas. Luego tardará un rato en encontrar la dirección, después tendrá que escribir el texto que acompaña a la tarjeta y pasar otra media hora hasta el buzón. Y antes tiene que decidir si llevar un paraguas y una bufanda. De esta forma, Parkinson quería mostrar que para una persona muy ocupada que tiene un montón de otras cosas planeadas para el día, ir a la oficina de correos no le llevaría más que unos minutos. Sin embargo, una anciana que no tenga cosas más importantes y urgentes que hacer puede alargar el proceso más insignificante durante todo un día.

La ley de Parkinson también puede observarse en la vida estudiantil. Independientemente del tiempo que se le haya concedido para realizar una determinada tarea, lo más probable es que el estudiante lo haga todo en el último momento. Sin embargo, de esta forma empleará todo el tiempo asignado en una sola tarea, sin dejarse ninguna oportunidad para descansar. Esto, por cierto, se llama el "síndrome del estudiante".

Además, si estás gestionando un proyecto pero no tienes una fecha límite clara, lo más probable es que te conviertas en rehén de las leyes de Parkinson. La ausencia de un calendario de planificación siempre afecta negativamente a la productividad de tu trabajo. A nivel psicológico, no sientes la presión del tiempo y puedes ralentizar el proceso no sólo por tu falta de ganas de continuar, sino también por falta de concentración.

Cómo superar las leyes del Parkinson

Cómo superar las leyes del Parkinson

De hecho, comprender las propias leyes del Parkinson y su impacto en nuestras vidas es ya la mitad de la batalla. Sin embargo, para librarse de su impacto negativo, hay que observarse a uno mismo más a menudo, no perder el contacto con la realidad y desarrollar el sentido del tiempo. Los expertos en la materia nos dan algunos consejos para superar la ley de Parkinson:

Consejo 1. Gestiona tu tiempo

Si planificas los plazos y las tareas con antelación y elaboras un horario personal para una semana o al menos para un día, lo más probable es que tu procrastinación se reduzca considerablemente. Además, la gestión del tiempo consiste en planificar y establecer prioridades, lo que ayuda a hacer frente al rápido ritmo de vida y a evitar la fatiga crónica y el estrés. Para ello puedes utilizar agendas, cronómetros (aplicaciones especiales para registrar y evaluar el tiempo) y aplicaciones móviles.

Consejo 2. Cumple los plazos establecidos

Cuando evalúes una situación, céntrate en cuánto tiempo necesitas para resolverla, no en cuántas horas te quedan. Para determinar cuánto tiempo te llevará realmente una tarea y fijar un plazo realista, debes:

  • entender los requisitos necesarios, es decir, hacerte una idea general de lo que hay que hacer exactamente. Lo mejor es hacer una lista de subtareas y acciones adicionales que deberías completar mientras trabajas en la tarea principal;

  • prioriza tus acciones, determina qué tareas son primordiales y más importantes y cuáles pueden esperar;

  • determina a quién tienes que llamar para que te ayude con la tarea. Pedir ayuda a los compañeros y delegar ahorra tiempo. ¡Pero recuerda que esto no significa que debas transferir tu parte del trabajo y la responsabilidad a los demás!

Consejo 3. Anota tus objetivos

Anota tu objetivo en tu agenda para poder seguir los pasos que has dado para conseguirlo. Revisa y registra periódicamente tus progresos hacia el objetivo. Puedes llamarlo seguimiento reflexivo. La reflexión es, ante todo, autodescubrimiento. Con su ayuda, es más fácil para una persona determinar sus deseos y las acciones necesarias para alcanzar sus objetivos.

Consejo 4. Utiliza un temporizador en el trabajo

Una forma eficaz de evitar la Ley de Parkinson es utilizar un temporizador. Es decir, cuando sepas que sólo dispones de un tiempo determinado para completar una tarea, la tentación de alargar este proceso desaparecerá. Por ejemplo, puedes programar un temporizador para 40-45 minutos, durante los cuales tienes que completar una subtarea específica como parte de un proyecto más amplio.

Consejo 5. Toma descansos regulares

Este consejo es la continuación del anterior. Después de trabajar durante cierto tiempo, hay que tomarse un descanso. Esto te ayudará a evitar el agotamiento y a mantener la concentración. Lo mejor es tomarse un breve descanso justo cuando empiezas a distraerte con el entorno y tu motivación disminuya notablemente. Asegúrate de que no se trata de una excusa para dejar las cosas para más tarde y procrastinar, sino de cansancio real. También asegúrate de cambiar el lugar y la actividad durante la pausa: sal de la oficina, camina por las plantas o respira aire fresco, y por supuesto, deja el teléfono de lado.

Consejo 6. Prueba practicar sesiones de trabajo

Esta técnica consiste en sesiones de trabajo de 25 minutos y pausas de cinco minutos para aumentar tu productividad y reducir al mismo tiempo la fatiga mental y física. Después de cuatro o cinco sesiones de trabajo de este tipo, debes hacer una pausa más larga (de unos 10-15 minutos). Esta técnica es similar en muchos aspectos a la técnica Pomodoro, sobre la que también puedes profundizar.

Así pues, las leyes de Parkinson pueden conducir a la pérdida de tiempo, pero no olvides que todas las personas procrastinan. Una vez que comprendas cómo funcionan y cómo nos afectan estos principios, podrás utilizarlos en tu beneficio.

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