En la vida de todos, tarde o temprano, se produce ese momento desagradable: un despido.
Incluso si el trabajo no te gustaba e ibas a cambiarlo, pero tu jefe simplemente se te adelantó, debes estar de acuerdo, sigue siendo un acontecimiento traumático. Sin embargo, por frustrante que pueda resultar, nadie está a salvo de ser despedido, ni siquiera el profesional más eficiente y productivo con cien habilidades en su maletín. Por término medio, cambiamos de trabajo unas cinco veces a lo largo de nuestra vida. Y al menos una vez ocurre contra nuestra voluntad. Francamente, me pasó incluso a mí, y no porque me rindiera en algún sitio: simplemente era beneficioso para la empresa en aquel momento debido a su deslocalización y reestructuración. Por eso hoy no hablamos de cómo evitar ser despedido (de eso ya hemos hablado aquí, por cierto), sino de cómo sobrevivir a ello.
Consejo 1. No hagas movimientos bruscos
No es raro entrar en pánico tras un despido, con imágenes horribles como vivir en una caja de cartón en la mente. Parece como si el mundo entero se hubiera derrumbado. Pero te recomiendo que no entres en pánico, ¡porque la vida no se ha detenido! Tras mi primer despido, yo tampoco me di tiempo suficiente para recuperarme mentalmente y analizar lo sucedido. Reprimí todas las emociones negativas e inmediatamente empecé a buscar un nuevo trabajo, para poder recuperar mi rutina normal lo antes posible. Pero este comportamiento sólo consiguió que mi frustración durara más de lo que podría haber durado.
En un periodo de inestabilidad y confusión como aquél, es mucho más importante hacer una pausa y evaluar la situación con sensatez. En primer lugar, concéntrate en tus sentimientos e identifícalos. Puedes sentirte herido y resentido, puedes sentirte poco apreciado, o puedes sentir injusticia, ira o agresividad. Lo importante es comprender que todas estas emociones son reacciones perfectamente normales al estrés, de las que no hay que avergonzarse. Acepta el hecho de que las emociones negativas son una parte igualmente importante de nuestras vidas y no hay forma de escapar de ellas.
Consejo 2. Analiza la situación y "trabaja sobre tus errores"
Hay muchas razones para ser despedido y, de nuevo, tú no eres siempre el problema. Tal vez sea la forma que tiene la empresa de evitar una crisis, optimizar procesos o simplemente reducir costes. Sin embargo, debemos admitir que la mayoría de las veces el empleado realmente no cumple con las tareas asignadas, viola sistemáticamente la ética corporativa o no se lleva bien con sus compañeros, lo que se traduce en una reducción de la productividad global de la empresa. Si tu jefe era un verdadero profesional y un directivo competente, seguro que te explicará las razones por las que te despidió. No hay muchas opciones, como ya he mencionado: o no te adaptaste al puesto que te dieron, o el despido fue en interés de la empresa. Sin embargo, no debes castigarte por ninguna de las dos cosas. Comprende una simple verdad: el mercado es muy volátil, y tú también tienes que cambiar para adaptarte a él. Considera la posibilidad de dejar tu trabajo como un desencadenante de los cambios que te han faltado.
En cualquier caso, haz balance de tu trabajo en una organización concreta: esboza los pros y los contras, sistematiza los conocimientos que has adquirido y recuerda cualquier problema que haya surgido en el lugar de trabajo. Es decir, realizar una especie de "trabajo sobre los errores". Lo principal es hacerlo con honestidad e imparcialidad. Agradece la experiencia, no intentes justificarte ni culpar a otro de tus fracasos. Si la reducción está relacionada con tu nivel de profesionalidad, averigua en primer lugar qué tareas y encargos te resultan difíciles, cuáles son tus puntos débiles y cómo mejorarlos. Busca un enfoque práctico para resolver los problemas, incluido el despido. Además, si resuelves ahora cualquier laguna en tus conocimientos y te pones al día en todos los puntos, no sólo evitarás incidentes similares en el futuro, sino que también podrás optar a un puesto más alto.
Consejo 3. Dedica tiempo a ti mismo
El mundo se mueve deprisa, por lo que vivimos en una carrera interminable: es un hecho. Pero si tienes la oportunidad de tomarte un respiro, ¡no la desaproveches! ¿Cuándo más puedes tomar las riendas de tu salud mental? No, eso no significa que puedas regodearte en la melancolía y quedarte en casa todo el día. Probablemente tengas aficiones e intereses, así que dedícate a ellos. Haz las tareas domésticas acumuladas, ordena tu armario, visita a la abuela en el pueblo, vete al campo el fin de semana... en una palabra, haz lo que has estado posponiendo. Y no dejes de hacer deporte, ¡creo que es la mejor manera de librarse de los efectos del estrés y endurecer el cuerpo! Sobre todo si tu profesión está relacionada con la actividad intelectual, y tu cerebro está en constante tensión. La relajación activa es una forma estupenda de restablecer la mente. Y entonces, una vez que hayas reseteado tu mente...
Consejo 4. ¡Cuidado con tus finanzas!
Una norma importante de educación financiera es destinar el 10% de los ingresos mensuales a la denominada reserva de emergencia. Si lo has conseguido, ya puedes relajarte con el dinero y aplazar la búsqueda de un nuevo empleo durante un tiempo. Pero si no has pensado antes en el ahorro y en un fondo de emergencia, me temo que puedes tener problemas. Pero incluso en este caso hay solución: ¡hay que optimizar los gastos! Puedes hacerlo eliminando cosas innecesarias. A menudo gastamos en algo por costumbre, aunque no necesitemos hacer tal o cual compra. Así que te aconsejo que analices tus gastos y entiendas de qué puedes prescindir y de qué no. Por ejemplo, ¿por qué no dejar de comprar capuchino por las mañanas y aprender a hacer café casero en infusión? Seguro que no sólo es más rentable, ¡sino también más sabroso!
Otra forma no menos importante y mucho más divertida de mantenerse a flote al principio tras perder el trabajo es monetizar tu afición. Estoy de acuerdo, es bonito hacer lo que te gusta no por agradecimiento sino por algo de dinero. Por ejemplo, si te gustan las manualidades y creas todo tipo de obras maestras de punto, trenzado o bordado, ¡comparte tu creatividad! Abre una página en tu red social y sube fotos de tus creaciones. Alguien se interesará por tu trabajo y querrá comprar algo. Con el tiempo, cada vez habrá más gente que quiera comprar, y tus esfuerzos darán sus frutos. Sólo recuerda creer en ti mismo.
Si ya tienes perfiles populares y bien publicitados en las redes sociales, eres activo e incluso reconocible en el entorno de los medios de comunicación, intenta empezar a bloguear a nivel profesional. Comparte información útil, habla de lo que te interesa, haz networking en tu campo de afición. Así podrás ganar dinero algún día poniendo anuncios o recibiendo donaciones en diferentes plataformas, como Patreon.
Puede que incluso encuentres una nueva vocación en la vida si prestas más atención a tus aficiones. Pero si estás acostumbrado a ir siempre a la oficina, a someter tu vida a ciertas reglas y a un horario diario preciso y a recibir un salario regular, entonces trabajar por cuenta propia puede ser frustrante. En ese caso, dedícate sólo a un hobby rentable hasta que tengas la fuerza moral para seguir adelante y ascender de nuevo en la escala profesional. Cuando llegue ese momento, ¡los cursos de Lectera y yo te ayudaremos sin duda!
Cómo encontrar un nuevo empleo
En primer lugar, te aconsejo que desempolves tu cuaderno y preguntes a todos tus conocidos y compañeros de trabajos anteriores por vacantes adecuadas. Si aún mantienes una buena relación con un antiguo jefe, no dudes en pedirle ayuda también a él. También ocurre que los grandes jefes se recomiendan unos a otros. Por eso siempre digo lo importante que es mantener una relación humana con tu jefe, aunque te despidan o no estés de acuerdo con él. Tal vez sean los conocidos quienes te ayuden a encontrar un nuevo trabajo, más prometedor y mejor pagado, con el que antes sólo podías soñar.
Sin embargo, hay que actuar en todos los frentes a la vez. Actualiza tu CV y publícalo en distintas plataformas de búsqueda de empleo, por ejemplo:
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HeadHunter,
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Glassdoor,
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Indeed.
Las ferias de empleo también pueden ser muy útiles. Se trata de eventos fuera de línea en los que distintas empresas montan sus stands, se presentan y hacen negocios. Allí podrás informarte enseguida de todos los requisitos de la empresa empleadora, hablar con sus representantes y aclarar cualquier duda que tengas.
Lo más importante en nuestro negocio es tener confianza en uno mismo y recordar que cada acontecimiento de nuestra vida, aunque no sea el más agradable, abre nuevas oportunidades de crecimiento profesional. Sólo así podrás alcanzar no sólo el éxito en tu profesión, sino también la felicidad personal.