La reducción de personal es un procedimiento normal para cualquier empresa. No sólo se hace en tiempos de crisis para ahorrar recursos, sino también en tiempos de expansión para aportar sangre nueva a la empresa.
No hay que tomarlo como una especie de desastre o estigma. A veces es un procedimiento necesario, yo misma tuve que hacerlo una vez cuando Lectera entró en los mercados extranjeros. Después de todo, al escalar una empresa siempre es necesario reconsiderar los recursos, desde los temporales hasta los humanos. Así, cada uno de los cinco profesionales ha estado bajo el cruel punto de mira al menos una vez en su vida. Sin embargo, todavía es posible, y aun necesario, intentar evitarlo.
Como directora general de Lectera y fundadora de varias startups, me gustaría compartir contigo mi experiencia en este tema desagradable de la reducción de personal y hablarte de cómo puedes distinguir las amenazas reales de despido de las imaginaciones tuyas y, lo más importante, asegurarte de que tus jefes no cuestionen tu valía.
Las señales de que te quieren despedir
La gente tiende a pensar demasiado, y no soy una excepción. Al principio de mi carrera, solía estremecerme cada vez que sonaba el teléfono y, al contestar, tenía miedo de escuchar el temido "Estamos recortando personal y te estamos despidiendo". Sin embargo, tras acumular experiencia, perfeccionar nuevas habilidades y completar muchos proyectos con éxito, me di cuenta de que todo este tiempo no tenía nada que temer. Porque muy a menudo nuestro miedo a ser despedidos es exagerado e infundado. En realidad, un despido nunca es una sorpresa, porque la reducción de personal siempre va precedida de ciertas señales.
Señar 1. Se habla de algún tipo de cambio en la empresa
Se trata de una señal bastante común, que no siempre es el motivo del despido de empleados, pero si de repente se asoma en el horizonte, ¡prepárate para lo que puede venir! Al fin y al cabo, cuando una empresa empieza a sufrir cambios estructurales, cuando la política o la cultura corporativa cambian, cuando se conquistan nuevos mercados y sectores, entonces la dirección empieza a pensar si el equipo debe cambiar también.
Señal 2. Te asignan menos tareas
Si antes se te consultaba antes de tomar decisiones o tus compañeros solían acudir a ti para resolver algunas dudas, si a veces ni siquiera podías escaparte de la oficina para comer, pero de repente te dejaron todos en paz, es un motivo real para preocuparte. La reducción del número de proyectos y de responsabilidades significa que tus competencias dejaron de ser relevantes para la empresa y que se te necesita con menos frecuencia. Y un empleado irrelevante es un empleado innecesario.
Señal 3. Tus jefes o compañeros cambian su actitud hacia ti
¿Solías charlar con tu jefe tomando un café, pero ahora te evita y ni siquiera te mira a los ojos? ¿O te reprende constantemente por tus errores, aunque no puedan llamarse errores? ¿Quizás tus compañeros empezaron a murmurar a tus espaldas y te miran raro? ¿O dejaron de lado tu idea para lanzar un nuevo proyecto u organizar una fiesta corporativa? Deberías prestar atención no sólo a lo que te dicen y quién te lo dice, sino también a su lenguaje corporal. Si percibes, aunque sea de forma intuitiva, que algo no va bien, observa tu entorno más de cerca: puede que no te lo estés imaginando.
Señal 4. Te han nombrado mentor
Esta es una señal bastante controvertida, pero creo que debo mencionarla también. A veces se nos da el papel de mentor como prueba antes de darnos un ascenso, para que podamos experimentar lo que es ser un líder para otra persona y, al mismo tiempo, entrenar a nuestro propio sucesor. Pero a veces la "tutoría" acaba siendo muy desafortunada para el mentor... Puede que le estés contando al recién llegado todos los entresijos de tu trabajo para que te sustituya. ¿Piensa en por qué te hicieron eso? Esta señal, si se produce, siempre está justificada, por ejemplo, puede ser resultado de un conflicto.
Señar 5. Te piden que hagas cosas imposibles
Si de repente empiezas a sentirte como el protagonista de la película "Misión Imposible", puede que la dirección esté intentando deshacerse de ti de esta manera. Cuando no logras hacer algo, es cuando la justificación ideal aparece para que tu jefe se meta contigo, pase por alto tus logros y destaque tus errores y te incluya en la lista para el despido.
En general, estas son las principales señales de que probablemente puedes ser objeto de la próxima oleada de despidos o de que la dirección no confía en tus capacidades. Sin embargo, quiero centrar tu atención en la palabra "probablemente". A veces, los profesionales aparentemente más experimentados, leales y competentes son despedidos. No hay una forma de llegar a ser insustituible para tu empresa al 100%, pero sí al 99%.
Cómo convertirse en un empleado indispensable sin miedo a ser despedido
Nunca despido a cinco tipos de empleados de mi equipo. Si perteneces al menos a uno de ellos, también puedes estar tranquilo sabiendo que no te van a despedir.
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La cara de la empresa.
Se trata de un empleado al que siempre envían a todos los viajes de negocios importantes y a todas las conferencias. Una mirada a él es suficiente para entender que su empresa es claramente profesional. Estos empleados suelen tener una gran capacidad para hablar en público, una inteligencia emocional bien desarrollada y habilidades para establecer contactos. Saben cómo tratar con los medios de comunicación, con los asistentes, con clientes o socios difíciles, cómo responder a preguntas incómodas y resolver cualquier conflicto. Siempre van bien vestidos, son amables y causan la mejor primera impresión. Deshacerse de estos especialistas no es rentable, pues ¿quién presentará la empresa?
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El líder del equipo
Todo equipo necesita alguien a quien seguir, que pueda coordinar a profesionales dispares y convertirlos en un único mecanismo cohesionado. Si se quita ese vínculo, todo el equipo se desmoronará como un castillo de naipes. Por lo tanto, si puedes asumir responsabilidades, encontrar soluciones en situaciones difíciles y dirigir a las personas, motivándolas para que produzcan un resultado común estable, nunca te despedirán. ¡Yo, desde luego, no me perdonaría perder un empleado así!
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El fiel compañero
Todo líder necesita personas de confianza en el equipo, a las que pueda acudir en busca de ayuda y delegar parte de sus funciones. Ese compañero de trabajo es una especie de asistente personal, pero impermanente, en el que se puede confiar. Al fin y al cabo, no hay caballeros valientes sin escuderos leales.
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El estudiante perpetuo
Si estás dispuesto a aprender las 24 horas del día, a actualizar constantemente tus conocimientos, a asistir a cursos de formación y a ofrecérselos a tus compañeros, así como a introducir nuevas herramientas y tendencias en la vida de la empresa, entonces sigues en el puesto. Hoy en día hay una gran demanda de empleados con mentalidad de aprendizaje permanente en el mercado laboral. Este tipo de empleados son siempre relevantes, están demandados y responden a los retos de la época, por lo que son la base de cualquier empresa de éxito.
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El perfeccionista adicto al trabajo
Quiero destacar de inmediato que este tipo de empleado es indispensable sólo cuando su perfeccionismo viene acompañado de la adicción al trabajo. Ningún empresario necesita un empleado que trabaje constantemente pero que no aporte resultados o que siempre cometa errores. Sin embargo, si estás dispuesto a quedarte hasta tarde en la oficina, a recoger las tareas urgentes media hora antes de la fecha límite y a concentrarte siempre en tus tareas laborales, ésta es tu oportunidad de permanecer en la empresa. Además, ¡construirás una brillante carrera en ella!
Como puedes ver, esta lista no incluye a los empleados medios, que trabajan en función de su estado de ánimo y carecen del deseo de hacer que su empresa sea aún más genial y rica. Pero, por desgracia, estos empleados son ahora la mayoría, y por eso son los primeros en caer bajo la ola de despidos. Por lo tanto, si estás motivado, implicado en la vida de tu marca, consciente de la necesidad de desarrollar continuamente tu profesionalidad y de aportar resultados reales y medibles a la empresa, no tienes absolutamente nada que temer. Estás en tu sitio, y seguirá siendo tuyo mientras lo quieras. E incluso si algo va mal, no te preocupes: no te quedarás en el paro durante mucho tiempo, ya que estas habilidades te abrirán muchas puertas en el mercado laboral de hoy.