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Milton Model

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¿Qué es el modelo Milton?

El modelo Milton en la PNL es un conjunto de patrones lingüísticos que se utilizan para crear relaciones de confianza, influir indirectamente en el interlocutor, así como para entrar fácilmente en un estado de trance durante la hipnosis. Este modelo describe cómo se puede utilizar un lenguaje vago, indefinido y metafórico para eludir la crítica consciente e influir en el subconsciente del interlocutor.

El modelo lingüístico lleva el nombre de Milton Erickson, un psiquiatra estadounidense de mediados del siglo pasado. Se especializó en hipnosis y desarrolló su propio estilo de trabajo. Erickson utilizaba metáforas y sugestiones indirectas para inducir al paciente a un estado de trance. En lugar de dar órdenes directas, contaba historias, parábolas y cuentos que contenían mensajes ocultos. Esto le permitía influir con mayor suavidad en el subconsciente, a diferencia de la hipnosis directa clásica. Erickson creía que cada persona posee recursos internos para el cambio, y que la tarea del terapeuta es simplemente «dirigir» la atención del cliente para activar esos recursos. Según Milton, el inconsciente es una poderosa fuente de curación y cambio. El método de Milton también fue utilizado como base por Richard Bandler y John Grinder, creadores de la programación neurolingüística.

Características distintivas del modelo de Milton

El modelo de Milton se basa en una serie de principios clave que reflejan el enfoque de Milton Erickson sobre la comunicación, la terapia y la sugestión. Estos principios permiten utilizar el lenguaje de tal manera que se eluda suavemente la resistencia, se genere confianza y se activen los recursos inconscientes del cliente.

  • Lenguaje abstracto

El modelo Milton utiliza frases generales y abstractas que no contienen detalles concretos. La base del modelo Milton es la vaguedad intencionada de las afirmaciones. Cuanto más generalizado e indefinido es el lenguaje, más lo llena el oyente con su propio significado, basándose en su experiencia personal. Por ejemplo, cuando un hipnoterapeuta dice: «Puedes sentir cómo algo comienza a cambiar...», no queda claro qué es lo que cambia exactamente, en qué sentido, es decir, está abierto a interpretación. Este tipo de lenguaje reduce la censura interna y la crítica, lo que permite eludir la resistencia consciente.

  • Buena relación e introducción a la terapia

Establecer una relación de confianza entre el terapeuta y el cliente en psicoterapia es un factor clave para una terapia eficaz. Implica la creación de un entorno seguro y propicio en el que el cliente se sienta cómodo para abrirse y compartir sus pensamientos y sentimientos. Milton Erickson era un maestro en establecer una buena relación: un acuerdo inconsciente entre interlocutores. Primero describía observaciones evidentes y veraces, y luego pasaba suavemente a los supuestos procesos internos o sugestiones. Por ejemplo: «Estás sentado aquí, mirando la pantalla y notas que tus pensamientos se vuelven un poco más tranquilos...». Es decir, primero se describe un hecho indiscutible (el interlocutor realmente está sentado y mirando la pantalla) y luego se pasa a un estado interno que es fácil de aceptar como una continuación natural.

  • Ausencia de la resistencia

En lugar de luchar contra los factores distractores o la resistencia de los clientes, Erickson enseñaba a utilizar todo lo que ocurre en el momento como parte del proceso terapéutico. Así, si un cliente dice: «No puedo relajarme», una de las posibles respuestas según Milton sería: «Intenta fijarte en qué es exactamente lo que te impide relajarte, porque incluso eso ya es parte del camino hacia la relajación». Así se crea una sensación de aceptación, en lugar de presión.

  • Insinuaciones frecuentes

En lugar de órdenes directas («relájate», «cambia ese comportamiento»), Erickson utilizaba insinuaciones, metáforas, historias, preguntas y frases con opciones para elegir para provocar cambios internos de una manera más suave y respetuosa. Las sugestiones indirectas dirigen la atención hacia el interior, hacia los procesos inconscientes.

Principales patrones lingüísticos del modelo de Milton

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En primer lugar, formulaciones abstractas y generalizaciones que permiten eludir los filtros de la conciencia y dar más libertad al inconsciente en la interpretación. Para ello se utiliza la nominalización, es decir, la transformación de una palabra que no es un sustantivo (por ejemplo, un verbo o un adjetivo) en un sustantivo o un grupo nominal. Esto hace que las frases sean menos concretas y, por lo tanto, menos cuestionables. También se utilizan con frecuencia verbos y pronombres indefinidos.

El uso de metáforas y analogías, a su vez, implica la activación del subconsciente, reduce la resistencia y facilita la aceptación de la sugestión.

Otro patrón común trata de «leer la mente», que supone que el hablante sabe lo que piensa su interlocutor. Por ejemplo: «Sé que ahora te estás preguntando...», «Veo que entiendes lo importante que es esto» o «Sientes...». Esto crea una sensación de profundo entendimiento y confianza, activa una verificación interna -«¿realmente pienso así?»- y refuerza la sugestionabilidad.

Milton también utilizaba presuposiciones, que son suposiciones ocultas que se dan por verdaderas, aunque no se afirmen directamente. Y nuestro subconsciente a menudo las acepta sin analizarlas. Por ejemplo: «Cuando te sientas seguro, notarás lo fácil que es respirar». Es decir, se da por sentado que la seguridad aparecerá sin falta.

Se denomina «performativo perdido» a una afirmación con un juicio valorativo, pero sin indicar quién la afirma. Por ejemplo: «Es la mejor manera de lidiar con el estrés», «No es correcto porque...», etc. De este modo se crea la ilusión de una opinión pública o experta no verificada, lo que reduce la percepción crítica.

Un patrón similar es el uso de cuantificadores universales, es decir, el uso de palabras como «siempre», «nadie», «todos», «cada uno», «nunca», «imposible» para reforzar la afirmación. Por ejemplo: «Nadie puede resistirse a esto» o «Siempre puedes encontrar la fuerza en ti mismo».

Otro patrón de este modelo es la conexión de afirmaciones. En pocas palabras, las frases utilizan una estructura lógica en la que una afirmación se conecta con otra, a menudo sin una causa y un efecto reales. Por ejemplo: «Estás sentado tranquilamente y pareces seguro, lo que significa que estás listo para el cambio» o «Cada respiración te ayuda a relajarte».

La creación de la ilusión de elección también se utiliza en el modelo de Milton. Al interlocutor se le da a elegir entre dos o más opciones, pero todas ellas conducen al resultado deseado. Por ejemplo: «¿Prefieres leer esto sentado o tumbado, mientras te relajas?». Es decir, en ambos casos, el hecho mismo de la acción (mejorar el bienestar, relajarse) no se pone en duda, solo se aclaran detalles menos importantes. Según el mismo principio funcionan los postulados conversacionales: cuando el terapeuta formula una pregunta cuya respuesta será directamente una acción (no es necesario confirmarla con una respuesta): «¿Podrías relajarte un poco ahora?» o «¿Te gustaría respirar un poco más profundamente?». En realidad, se trata de una sugestión disfrazada de pregunta.

En la práctica, el modelo de Milton a menudo utiliza grados comparativos y verbos imprecisos. Por ejemplo, los grados comparativos indican mejoras o empeoramientos, pero sin un punto de referencia: «Te estás volviendo más tranquilo» o «Es más fácil de lo que pensabas». Y los verbos no especificados pueden utilizarse en las siguientes frases: «Puedes aprender a hacerlo», es decir, no queda claro cómo se lleva a cabo la acción. Esto permite a la persona interpretar por sí misma qué es lo que ocurre y cómo, lo que refuerza la participación del inconsciente.

Después de unas cuantas frases, a menudo se hacen preguntas de confirmación para reforzar la sugestión y crear una sensación de acuerdo. Por ejemplo: «Estás empezando a relajarte, ¿verdad?», «Es agradable sentirlo, ¿verdad?». Estas preguntas rara vez provocan desacuerdo, especialmente en un estado de trance ligero.

En la aplicación práctica del modelo de Milton también se usan a menudo anfibolias. Se trata de una ambigüedad intencionada en la expresión, que surge debido a una construcción incorrecta de la frase, la ambigüedad de las palabras o su disposición, es decir, que admite diferentes interpretaciones. Por ejemplo: «Sé que puedes cambiar tu percepción ahora mismo». No queda claro qué es lo que implica exactamente el cambio de percepción.

Los principios del modelo Milton se basan en el respeto por la experiencia inconsciente del ser humano. Permiten hablar con suavidad, respeto y eficacia, abriendo un espacio para el cambio interno sin presiones ni directivas. Estos patrones lingüísticos son herramientas de influencia indirecta que ayudan a superar la resistencia consciente y a dirigir la atención hacia el interior.

El modelo de Milton y el metamodelo

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El modelo de Milton y el metamodelo representan dos enfoques diferentes del uso del lenguaje en la PNL y la hipnoterapia. Aunque ambos modelos se basan en el análisis de la estructura del lenguaje y sus posibilidades, tienen fines completamente diferentes y se aplican en contextos de comunicación distintos.

Así, el metamodelo del lenguaje se utiliza para aclarar la información durante la comunicación. En realidad, el metamodelo considera el lenguaje como una experiencia subjetiva del ser humano, y su tarea consiste en identificar y eliminar las distorsiones, generalizaciones y omisiones que el ser humano comete al hablar. El uso del metamodelo ayuda a:

  • Hacer preguntas aclaratorias.

  • Ampliar los límites de la percepción.

  • Aumentar la concienciación del interlocutor.

  • Restablecer el contexto completo de lo dicho.

  • Aclarar y explicar juicios subjetivos y limitaciones.

A diferencia del metamodelo, el modelo de Milton se basa en la ambigüedad y la polisemia intencionadas. Su objetivo es crear un espacio para la interpretación, permitiendo que el inconsciente capte y complete el significado por sí mismo. Esto implica:

  • Léxico generalizado.

  • Uso de metáforas y analogías.

  • Creación de un estado de trance ligero.

Así, el metamodelo agudiza la atención, aporta claridad y trabaja con la parte consciente del pensamiento, mientras que el modelo de Milton difumina los límites.

Ventajas del modelo de Milton

El uso de esta técnica permite:

  • Eludir la resistencia del interlocutor

Si una persona se siente presionada, inconscientemente se resistirá y se defenderá. Y como el modelo de Milton no utiliza formulaciones directas ni órdenes, no provoca una protesta interna. Por ejemplo, en lugar de «Debes relajarte», se dice «Notas que, con el tiempo, tu respiración se vuelve cada vez más profunda... y, en algún momento, la relajación llega por sí sola...».

  • Trabajar con el subconsciente

El modelo de Milton activa imágenes internas, asociaciones y emociones, sin pasar por el pensamiento lógico y racional. Esto es especialmente importante en la terapia y el coaching, donde los cambios clave a menudo no ocurren a nivel de «conocimiento», sino a nivel de creencias internas, sensaciones y percepciones.

  • Crear ambigüedad

Gracias a su ambigüedad y simbolismo, el modelo de Milton involucra al oyente, animándolo a encontrar un significado personal en lo dicho e interpretar las palabras del terapeuta.

  • Establecer una relación de confianza entre los interlocutores más rápido y fácil

El uso de los patrones del modelo de Milton ayuda a crear rápidamente un sentimiento de confianza y comprensión, incluso con personas desconocidas.

  • Crear una sensación de control

El modelo de Milton utiliza a menudo patrones de pseudoelección, que dan a la persona una sensación de libertad, al tiempo que la guían hacia la decisión deseada.

  • Aplicar en diferentes ámbitos

El modelo de Milton es universal y puede utilizarse mucho más allá de la hipnosis: en negociaciones, ventas, discursos públicos, asesoramiento, formación e incluso en la comunicación entre padres e hijos.

Limitaciones del modelo de Milton

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El modelo de Milton también tiene sus inconvenientes:

  • Puede causar malentendidos

El modelo de Milton utiliza deliberadamente formulaciones vagas, generalizaciones y ambigüedades. Esto es eficaz en un estado de trance o si hay una relación de confianza, pero en un diálogo normal puede llevar a que el interlocutor simplemente no entienda de qué se está hablando. Por lo tanto, es importante utilizar los patrones lingüísticos con precaución y no excederse.

  • Es ineficaz sin confianza

El modelo de Milton solo funciona y da resultados si hay confianza entre el terapeuta y el paciente. Si no, los patrones de lenguaje se verán como manipulación.

  • No es apto para las primeras sesiones

El modelo de Milton se basa en eludir el filtro lógico y no especifica los detalles. Sin embargo, en el trabajo terapéutico o de coaching, en las primeras etapas es importante comprender los detalles del problema, las creencias y la experiencia del cliente. En este caso se necesita un metamodelo, no la técnica de Milton.

  • Es difícil de aprender y aplicar

Para los principiantes, el modelo de Milton puede parecer abstracto y confuso. Sin comprender los patrones lingüísticos y sin practicar las habilidades, existe el riesgo de utilizar frases estereotipadas que no guardan relación con el estado real del cliente.

  • Posibilidad de manipulaciones

La sugestión indirecta, las órdenes encubiertas, la ilusión de elección... Todo esto se puede utilizar tanto para el bien como con fines manipuladores. Sin una ética interna, el comunicador puede aplicar el modelo de Milton para ejercer presión, manipular o realizar sugestiones ocultas.

Cómo aprender la técnica de Milton

Hay varios ejercicios que te ayudarán a dominar y practicar el uso del modelo de Milton, tanto en el habla como en el trabajo con clientes e incluso en la comunicación cotidiana.

  • Generalización de formulaciones

Es necesario aprender a sustituir afirmaciones concretas por otras indefinidas, siguiendo la estructura del modelo de Milton. Para ello, elige cualquier frase, por ejemplo: «Debes entregar el informe antes del viernes». Luego, transforma la frase, cámbiala por una más vaga, como: «A veces, las personas sienten cuándo es el momento adecuado para terminar asuntos importantes...». En otras palabras, añade generalizaciones (como «las personas») y verbos indefinidos (sentir, darse cuenta, notar) a las frases.

Aunque suene fácil, al principio puede resultar muy complicado formular este tipo de frases. Para practicar, intenta reformular de entre 5 y 10 frases al día.

  • Patrón de pseudoelección

Se trata de un patrón en el que todas las opciones propuestas conducen al mismo resultado deseado. Para ello, formula tres propuestas, cada una de las cuales conduzca a una misma conclusión. Por ejemplo, si tu interlocutor no quiere ir al entrenamiento, puedes decir: «Puedes empezar con un calentamiento ligero o lanzarte directamente a un entrenamiento intenso, lo cual es incluso más fácil, o simplemente permitirte hacer ejercicio a tu ritmo». En este caso, las tres opciones no implican un rechazo. También vale la pena entrenar a diario, con diferentes temas.

  • Sugestión implícita

Para dominar la técnica de la sugestión implícita mediante el cambio de entonación y ritmo del habla, se puede escribir un texto breve y neutro de 4 o 5 frases. Formula 2 o 3 frases de manera que contengan una sugestión interna, una orden: «A veces, cuando simplemente lo observas, sientes cómo surge la calma en tu interior y aparece la fuerza para seguir adelante». Es importante resaltar la orden con una pausa o con la entonación. Por lo tanto, lee el texto en voz alta y pon énfasis en la sugestión. Para evaluarte, puedes grabar un audio y escucharlo, y luego practicar más.

  • Metáforas y analogías

Para practicar, basta con recordar varias situaciones de diferentes ámbitos e inventar una analogía o metáfora para cada una de ellas. Puedes inventar una pequeña historia o un cuento utilizando otros patrones lingüísticos, como generalizaciones, presuposiciones, conexiones entre afirmaciones y cuantificadores universales. Se puede practicar la creación de metáforas de forma oral, o sea sobre la marcha, o por escrito.

  • Improvisa

Para mejorar la flexibilidad mental y el habla en tiempo real, pide a tus compañeros de trabajo o amigos que digan dos o tres frases sobre lo que están pensando o sintiendo en ese momento. Por ejemplo: «Estoy cansado y no quiero hacer nada». En unos segundos, debes inventar una nueva formulación, según Milton: «A veces, cuando una persona se siente cansada... es simplemente una señal de que el cuerpo y la mente están listos para recuperarse...». Es importante observar cómo cambia la dinámica de la comunicación.

Conclusión

El modelo de Milton es una herramienta eficaz para influir de forma suave e indirecta en el interlocutor mediante la sugestión, la metáfora y un lenguaje difuso pero específico. Lo más adecuado es utilizar este modelo para crear un ambiente de confianza cuando es necesario eludir los filtros conscientes de resistencia, por ejemplo, en terapia o coaching. El modelo de Milton también puede aplicarse en discursos motivadores e inspiradores, en los que es más importante la implicación emocional y la activación del pensamiento imaginativo de los oyentes que el análisis y las cifras exactas. La técnica también se utiliza en la enseñanza, las ventas y las negociaciones, así como en la vida cotidiana, por ejemplo, para formar nuevos hábitos positivos. En otras palabras, es una herramienta versátil y de bajo coste.

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