En un mundo moderno y en constante desarrollo, todos tenemos que cambiar de trabajo tarde o temprano y enfrentarnos a un nuevo entorno desconocido.
Así, la capacidad de integrarse rápidamente en un nuevo equipo se ha convertido en una de las cualidades más relevantes y demandadas en el mercado laboral. Sin embargo, incluso los profesionales más experimentados pueden estresarse durante el periodo de adaptación en la oficina. ¿Cómo puedes minimizarlo y acercarte a tus compañeros o jefes si eres un recién llegado "verde"? ¡Averigüémoslo!
¿Cómo se lleva a cabo el proceso de adaptación a un nuevo trabajo?
El cuerpo humano está diseñado para sentirse estresado al menor cambio en la vida. No importa lo que te digan los entrenadores motivacionales, ¡esto es absolutamente normal! Es propio de la naturaleza humana dudar de uno mismo, de nuestras capacidades y competencias cuando nos enfrentamos a situaciones desconocidas. La mayoría de la gente necesita una media de entre un mes y seis meses para acostumbrarse al nuevo entorno. Durante este tiempo, tiene lugar el proceso de adaptación, en el que el especialista estudia el entorno local y se adapta a él.
Así pues, la adaptación a un nuevo puesto de trabajo puede dividirse en varios periodos:
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El periodo de adaptación aguda (dura el primer mes en el nuevo trabajo)
Es durante este tiempo cuando el empleado evalúa el nuevo lugar de trabajo y compara las condiciones laborales reales con sus propias expectativas. En la mayoría de los casos, la adaptación aguda va acompañada de una mayor sensación de ansiedad, nerviosismo e inseguridad. Pero sucede al revés: este periodo también puede caracterizarse por sensación de euforia, júbilo y ánimo. Sin embargo, tanto en el primer caso como en el segundo, el nuevo empleado debe mantener sus emociones bajo control, ya que distraen igualmente del proceso de trabajo. Nuestro curso "Cómo lograr el equilibrio interior: formas de desarrollar la resiliencia al estrés" te ayudará a lidiar con esos sentimientos. Te enseña a gestionar tus emociones y vencer la ansiedad, algo especialmente importante durante cambios tan globales en la vida como el empleo.
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Periodo de inmersión total (duración 2-4 meses)
Parece que ha llegado el momento de "respirar" para los nuevos empleados porque ya han echado un vistazo a su nuevo lugar de trabajo, han hecho sus primeras amistades e incluso han entablado relación con sus superiores. Pero no te precipites, la adaptación no es tan rápida. Es durante el periodo de inmersión cuando los nuevos empleados reciben la carga de trabajo principal, tareas más complejas y responsabilidades. Es lógico que durante este tiempo también recibas tus primeros comentarios, críticas, opiniones negativas sobre tu desempeño, lo cual es especialmente agudo en un lugar nuevo en el que quieres causar una mejor impresión. En este caso es importante recordar que todavía eres un nuevo empleado y que tu proceso de adaptación no ha terminado. Así que sé consciente de ti mismo: te estás acostumbrando a tu nuevo entorno, lo que significa que aún estás aprendiendo.
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El periodo de consolidación o fijación (2-3 meses)
Este periodo también se conoce como periodo de estabilidad, durante el cual se acostumbra a la nueva posición y al entorno. En este momento, el empleado ya es consciente de su papel en el equipo, sabe exactamente cuáles son sus obligaciones y responsabilidades y se siente cómodo interactuando con el equipo o con el supervisor a solas.
No obstante, es importante recordar que el proceso de adaptación y familiarización de cada nuevo empleado es individual. Además de las cualidades personales del recién llegado, como la inteligencia emocional y la capacidad de comunicación, en este proceso influyen:
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el tamaño de la organización y el número de empleados;
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el grado de desarrollo y la transparencia de la cultura empresarial;
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el clima psicológico en el equipo.
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5 consejos sobre cómo comportarse en un nuevo trabajo y ganarse al equipo
Entonces, ¿cómo puede un recién llegado acelerar el proceso de inmersión y convertirse rápidamente en parte de un equipo muy unido? ¡Aquí tienes cinco consejos para conseguirlo!
Consejo 1. Prestar atención a la apariencia
Si tu empresa tiene un código de vestimenta oficial, debes seguir todas sus normas (¡especialmente los nuevos empleados!). Por ejemplo, puede ser obligatorio que los empleados vistan exclusivamente de negro, total black, como los empleados de MAC, cuyos colores principales son el blanco y el negro. Vistiendo el mismo estilo o color, los empleados se sienten implicados en una causa común. Esto, a su vez, contribuye a fortalecer el equipo y acelera la adaptación de sus nuevos miembros.
Consejo 2. No hagas “movimientos bruscos”
Al principio, un empleado nuevo debe mirar a sus compañeros, observar las normas de interacción dentro del equipo y estudiar la relación existente entre los superiores y los subordinados. No es buena idea establecer tus propias normas desde el primer día, violar los límites personales de tus colegas, dar consejos no solicitados o exponer tu punto de vista cuando no te lo han pedido. La mejor actitud es permanecer neutral, controlar las propias acciones y emociones y ser observador.
Consejo 3. Respetar las tradiciones empresariales
Los equipos de trabajo bien establecidos suelen tener una larga tradición. Por ejemplo, comer juntos en una cafetería cercana, ver una película los sábados o ir al gimnasio después del trabajo. Si te invitan a participar, ¡es todo un éxito! Después de todo, acabas de llegar, y ya te ofrecen formar parte de un equipo muy unido. No dudes en participar en actividades informales colectivas, ya que esto es exactamente lo que mejor ayuda a la adaptación.
Consejo 4. No tengas miedo de interesarte por la organización, de preguntar y preguntar de nuevo, de averiguar y probar cosas.
Precisamente es la curiosidad en el trabajo, el compromiso y la iniciativa lo que te permitirán comunicarte eficazmente con tus colegas y la dirección. No tengas miedo de preguntar sobre cualquier cosa que te genere auténtica curiosidad o inseguridad. Aunque la pregunta te parezca tonta, hazla y aclara cualquier ambigüedad. Ser considerado una persona meticulosa, aguafiestas o nerd es mucho mejor que cometer un grave error, ¿no es así? No te avergüences de tu deseo de entender las cosas a fondo, ya que es la única manera de hacer el trabajo al más alto nivel.
Consejo 5. ¡No olvides que estás en el trabajo!
Cuando conozcas a nuevos compañeros, recuerda que estás en el lugar de trabajo. Por eso no debes entrar en demasiados detalles sobre tu vida privada ni preguntar a otras personas sobre ella. Además, no intentes encajar en el equipo mediante intrigas de oficina ni comentando chismes con tus compañeros. Es mejor hablar de temas más neutros que no impliquen a tu jefe o a tus compañeros de trabajo. Pero la opción más beneficiosa para todos es centrarse en el trabajo y sólo en el trabajo.
Como puedes ver, adaptarse a un nuevo lugar de trabajo no es algo que dé tanto miedo. Interesándote por los éxitos y los criterios de rendimiento de la empresa, participando en actividades informales de equipo, observando las tradiciones y manteniendo un clima psicológico sano en la oficina, te convertirás rápidamente en un miembro apreciado de la organización y en un buen colega. Y la mejor manera de sobrevivir a la crisis del periodo de adaptación es tomar el curso "Un nuevo trabajo: formar parte de un equipo cohesionado". Durante el curso aprenderás a comunicarte con tu nuevo jefe y a ganarte la confianza de tus compañeros, así como qué habilidades blandas merece la pena desarrollar en primer lugar.